Me gusta oler a hombre. Parte 3.
Doblemente amada por mis hombres.
-No tengas miedo mi amor, no te va a doler y no haremos nada que no quieras ¿ok?- dijo.
Me veía a los ojos, recostada a un lado de mí, sonriendo, acariciaba mi cabello, mis mejillas, pasaba sus dedos por mis labios carnosos, mi cuello, dibujando mis senos sobre la ropa, bajando sus dedos hasta mi ombligo y nuevamente dibujando mi vagina sobre los jeans. Todo lo hacía sin dejar de observarme con ojos de amor, lujuria, una mirada que me trasmitía todo y a la vez nada.
Me empezó a besar el cuello,...