Idas y vueltas 20
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Y de pronto, la mochila que cargaba con todos los últimos angustiosos eventos se sentía más cómoda pero no menos pesada. Seguía a la espera de acostumbrarme o a la idea de que algún día podría hacerlo.
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-Podrías meterte con esa niña que estaba siguiéndote como psicópata, apuesto que Antonia se moriría
-Camilo ¿qué te hace pensar que quiero hacer algo así? –dije llevándome mi cono de tres sabores distintos a la boca cuando comenzaba a escurrir. –y además ¿por qué sigues nombrándomel...