Lo que pudo ser 12 (Parte 3)
Caminamos por las calles en silencio, solo tomadas de la mano. El viento corría en contrasentido a nosotras y golpeaba mi rostro, una perfecta analogía de lo que hacía mi corazón: ir en contrasentido de lo que mi cabeza ordenaba.
Se acercó y se sentó a un lado de mí en el sillón, se quitó los lentes oscuros y pude ver sus hermosos ojos, eran de un color muy particular: amatista; no son muy comunes pero yo ya había visto unos así. Entonces solo tarde dos segundos para darme cuenta de a quién tenía frente a mí. Mi pulso se comenzó a acelerar.
- ¿Ahora sí sabes quién soy? – dijo mientras me sonreía
- Selene – dije apenas en un susurro
- No sabes cuánto te he extrañado – dijo mientras me abra...