Esto es tu culpa
Con un movimiento rápido, mi lengua llegó a su clítoris. Sentí cómo su cuerpo perdía el control. Mi lengua continuaba haciendo círculos, líneas y todo tipo de figuras sobre su clítoris y su entrada.
Me senté en la cama a esperar a Mica que estaba terminando de arreglarse. Elegí para ella unos jeans y una blusa con un moño para su cabello, sé que a ella le encanta vestir así, simple, por eso elegí ese conjunto. Y yo estaba ansiosa por ver cómo le quedaba. Estaba tardando demasiado…
“Estoy lista!” dijo. Al fin! Levanté la cabeza y abrí la boca del asombro. Hasta podría jurar que empecé a babear. Mis ojos escanearon su cuerpo; ella estaba usando un vestido negro y muy ajustado que abrazaba su cuerpo...