No lo pienses demasiado 2
Hablamos y marcamos las líneas de lo que sería nuestra relación
A la mañana siguiente seguía alucinando con lo que había pasado por la noche, en mi mente estaban grabadas la imágenes con Carla, al igual que su respiración y gemidos. Había despertado sensaciones que hacía años que no sentía y en mi cabeza estaba el sentimiento de que no estaba haciendo nada malo, solamente era una amiga con quién lo pasaba bien, no eran cuernos, no habían sentimientos románticos y además era una mujer.
Esa mañana me esperé a que fuera ella la que me escribiera, yo estaba encantada...