Diario de un Consentidor (49)
Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de penetraciones y orgasmos, aunque también lo es; Así que si tu, lector que has llegado hasta aquí, buscas un desahogo rápido de tus pulsiones te recomiendo que abandones este texto y busques algo mas inmediato.
Lluvia y frío, Febrero agonizaba y el invierno se resistía a morir.
Durante un instante me detuve en el portal observando cómo la gente apretaba el paso intentando huir de las finas gotas que se clavaban como agujas en el rostro. Al fin me decidí a salir a la calle y caminé hacia el café donde acostumbro desayunar.
Agradecí el cálido ambiente, la suave música y el murmullo de los escasos clientes. Si algo me gusta de este lugar es la ausencia del sempiterno televisor vomitando basura aunqu...