Diario de un Consentidor (54)
Esta es una historia de deseos, emociones, placeres, dudas, decisiones y pensamientos, es la historia del camino que nos llevó a Carmen, mi mujer, y a mí a lanzarnos a vivir las fantasías inconfesables que sin saberlo compartíamos en silencio cada vez que hacíamos el amor; Esta no es una historia de
Dualidad
Amanecía y la pálida luz que comenzaba a diluir la oscuridad de la alcoba nos encontraba despiertos, cara a cara, con la mirada clavada en el otro. Mi mano derecha descansando en el hueco de su cintura, su mano derecha rodeando mi agotado pene, el dedo pulgar extendido hasta rozar mi vientre acariciando a veces el vello como si de un impulso nervioso espontáneo se tratase; los demás dedos cobijaban al otrora orgulloso guerrero y lo apretaban con suavidad, sin ritmo determinado, con silen...