Regalo de cumpleaños

Esta es la historia del mejor regalo de cumpleaños que me han hecho nunca.

Hace unos pocos días, hace casi un mes, fue mi cumpleaños, pero resulta que cayó en mitad de semana, pero eso no importa, pues al fin de semana siguiente lo celebré con mis queridos amigos. Los invité a cenar en un restaurante chino, a todos nos gusta esa comida, y después de ello la fiesta continuó en una discoteca cercana. Pero un amigo mio resultó que estaba algo resfriado, parecía tener algo de fiebre y tras la cena se retiró a su casa a descansar, pero todos los demás nos fuimos a la discoteca, a baila...

Diario de una Doctora Infiel (6)

Finalmente la doctora Ryan asiste a la fiesta a la que los adolescentes amigos de Franco la han "invitado"... y, tal como supone, es una fiesta muy especial; o mejor dicho, más especial de lo que supone...

Cuando llegué al lugar, se trataba simplemente de una casa de dos plantas o, al menos, eso fue lo que me pareció; quizás hubiera más de una vivienda.  Toqué el portero; una voz adolescente (diferente de la que escuchara en el teléfono) preguntó quién era.  Una vez que me presenté como la doctora Ryan, simplemente me dijeron que pasara y se accionó la apertura de la puerta de entrada.  No había ascensor en el lugar: mucho lujo para sólo dos plantas, así que encaré las escaleras y con cada paso que daba oía r...

Diario de una Doctora Infiel (5)

Siguen las peripecias de nuestra doctora Ryan. Franco la lleva a "producirse" para la noche que le espera: para la "fiesta"

Durante los dos días siguientes pensé seguido en renunciar definitivamente al trabajo en el colegio.  Pero cuando una está enredada en algo, salir se vuelve mucho más difícil que entrar.  Tal como las cosas estaban dadas ahora, renunciar implicaba más tormentas que sosiego, más sospechas que disuasiones, más dudas que certezas… alimentaría la imaginación en los chicos del colegio, en los directivos, en los dueños y, sobre todo, en Damián.  A propósito traté en esos días de estar en casa la mayor cantidad de...

Las putas del huésped

(Milagros y su nuera son emputecidas por el huésped que vive en casa, y todo ante los ojos de su marido y su hijo)

(Milagros y su nuera son emputecidas por el huésped que vive en casa, y todo ante los ojos de su marido y su hijo)

Milagros vivía míseramente con su marido enfermo y su hijo de veinte años en un diminuto ático de un viejo edificio, un piso pequeño por el que pagaba una hipoteca, compuesto por tres pequeñas habitaciones, una cocina, un baño y una sala de estar, sin apenas pasillos, con las paredes llenas de humedad, el suelo con numerosos desperfectos y unos muebles muy viejos y deslucidos. Milagro...

Los cuernos nacen, crecen, se reproducen y... 5º

La fuente de mis cuernos. Escogemos a uno en la discoteca y ...

Los cuernos nacen, crecen, se reproducen y…

Quinta parte.

Los cuernos crecen. Y crecen. Y crecen… La fuente de mis cuernos

El caso es que ya lanzados, y teniendo claro que los dos queríamos lo mismo, “planeamos” meticulosamente cómo me iban a seguir creciendo los cuernos.

Esta vez yo participaría. Sabía que se la habían cepillado. Lo había visto de lejos. Ahora lo iba a ver en directo e iba a intervenir. Como el siguiente fin de semana nos volvían a dejar el apartamento, decidimos ir...

La Renta

Como el cornudo de mi marido me hizo pagar la renta.

Antes que nada quiero decirle que este relato es 100% fantasía. Se que el tema es muy común pero es una fantasía que vivo en estos momento y quise compartirla con ustedes, como siempre disculpen lo malo pero lo escribí como me salio.

Era Viernes, me disponia a limpiar el apartamento, ese día me había puesto un sostén rojo grande ya que me dolían los pechos debido a la cercanía de la menstruación, me puse unas pantaletas beige tipo tanga con unos hermosos encajes en la frente con un lazo que realmente...

El baile de las mariposas (II)

Malena pensó que ya había llegado el momento, que si seguía corría el riesgo de perderse su parte de la recompensa. Se quitó las braguitas pero se dejó las medias de seda negra, se subió encima y empezó a pasar sus mojadísimos labios vaginales a lo largo del pene moviendo la pelvis adelante y atrás.

Para hacer más comprensivo el relato recomiendo leer la primera parte “El baile de las Mariposas”. Agradezco enormemente los amables comentarios recibidos en el capítulo anterior.

Malena yacía en la cama boca abajo y con las manos atadas sobre su cabeza. Llevaba las braguitas, las medias de seda y el antifaz. Se recuperaba de un estado de semiinconsciencia provocado por la profundidad de su orgasmo.

Hacía algunos años que había encontrado su punto G pero el descubrimiento de su punto X era rec...

Algo que se me fue de las manos

Hay que tener cuidado con lo que se fantasea porque se te puede ir de las manos. Una fiel mujer se puede convertir en una amante apasionada y salvaje si se le da la oportunidad...Y eso hasta puede gustar.

Hola me llamo Marco, la historia que voy a narrar es algo que ha sucedido hace bien poco. No es algo exagerado ni hay implicados protagonistas de peli porno, solo gente corriente a la que debido a circunstancias de la vida pues, eso se  ven envueltos en complicaciones.

Tengo 36 años y soy ingeniero de caminos en una empresa constructora de las más grandes que hay en España. Soy alto y de complexión normal, delgado pero fornido. No es que haga mucho atletismo pero procuro llevar una vida sana. Por trab...

Una manera de sentir

El deseo siempre está ahí, acechando como un tigre, dispuesto a saltar a pesar del tiempo que no hayas visto a alguién.

Una manera de sentir

Luís Alberto López Barea es la persona que más me había jodido en la vida y más he odiado. Desde los parvulitos hasta el final del BUP, todos esos años, lo tuve sentado al lado durante 9 meses. Era mi compañero de pupitre. Yo me llamo José López Bermúdez.

Él es rubio, alto, con ojos azules. Yo, bajo, moreno y con unos ojos castaños de lo más vulgar, tras gafas de miope. Él sacaba muy buenas notas , yo regulares, malas no podía, hubiera perdido la beca que me habían conce...

Diario de una Doctora Infiel (4)

Continúa la historia de la doctora Ryan, quien poco a poco va cayendo en la telaraña de Franco y empezará a entender que deberá pagar bien caro el precio de haber sido infiel a su esposo con un chiquillo adolescente...

La verdad que ya no se sabía qué cosa era más degradante.  Rogar por sexo anal era una humillación tanto o más grande que pagar para que me lo hicieran.  Pero yo estaba ultra caliente.  Y ya para esa altura no había obstáculo que se me interpusiese con tal de conseguir la verga del pendejo en mi cola.  Ni aun si ese obstáculo era mi dignidad.  Así que inspiré, tragué saliva y recité, casi como si se tratara de una oración o alguna perorata legal.

“Por favor Franco… ¿Puede usted hacerme la cola?”

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