La ex esposa de un amigo nos folló en un congreso.

Mi relación con Paulina se ve truncada por el ligón de un amigo. El doctorcito, un vivalavirgen, la seduce y padezco en sangre propia lo que es llevar una cornamenta.

Relato escrito junto con Paulina O.

Segunda parte de La ex esposa de un amigo me abordó en un congreso y como el anterior ha sido escrito con la ayuda de Paulina O.

A la mañana siguiente, me desperté con Paulina en mis brazos y al sentir sus pechos presionando el mío, comprendí que había sido real y no un sueño.

«¡Me he tirado a la ex de Alberto!», pensé mientras con la mirada recorría su cuerpo desnudo.

Con la luz del día sus nalgas eran todavía más atractivas. Duras y firmes era...

La fábrica (26)

Continúa la historia de Soledad, a quien, esta vez en compañía de Evelyn, le toca hacer una nueva visita a la comisaría. Nuevas y denigrantes experiencias la esperan allí

Siempre con su mano sobre la base de mi espalda, el oficial me fue guiando a través de un largo corredor y, para mi vergüenza, me hizo pasar nuevamente por delante de casi todo el personal policíaco que se hallaba en ese momento en funciones en aquella dependencia.  De pronto salimos al aire libre y me encontré cruzando un patio con piso de ladrillos; la tarde ya estaba bastante avanzada, por lo cual el sol ya prácticamente no daba allí sino que quedaba oculto por detrás de altos muros que rodeaban el patio...

Siempre he hecho lo que me ha dado la gana

Doña Telma y Doña Edelmira o “eres una puta” como le gustaba que ser llamada cuando su boca mordía de puro regusto la sábana del hotel de cinco estrellas donde la sodomizaba, fueron meras piezas del tablero que manejaba. Yo lo sabía, ellas, si eran inteligentes lo sabían y todos salíamos perversamente victoriosos de nuestros sexuales aderezos.

Siempre he hecho lo que me ha dado la gana.

Mis padres, dos seres buenos con malos campos, habían derrochado la salud sonsacándole cuatro granos de trigo a los pocos terruños que heredaron de los abuelos…y ellos de los bisabuelos y así hasta la época de Napoleón I.

Ambos ahorraban los cuartos con avidez insana de labriegos, sin darse ni un capricho o regusto, acumulados y tintineantes dentro de un pañuelito a cuadros, escondido bajo el colchón porque en el pueblo, doscientas almas, un cura,...

Cómeme el coño: Parte 2

Tras el primer encuentro, Álex quiere seguir quedando Noemi, pero la descubre en la cama con otro hombre.

Parte 2

Estuvimos un rato más en la cama, y después nos vestimos. Yo tenía que irme, había quedado con mis amigos esa noche para salir, y ella también tenía planes. Le di mi número de móvil para poder hablar por whatsapp y me fui. Yo no vivo en el campus, sino en la ciudad. No me es difícil llegar a mi piso, ya que cojo la parada del metro que está en el centro del complejo universitario y en 15 minutos me deja en mi parada, que está a un par de manzanas de mi piso. En primero de carrera sí que es...

La entrenadora personal. Parte 3

Demasiada tentación para no caer en ella, ¿o quizá me pueda librar de la culpa si me reconcilio con mi mujer?

Allí estaba ella, con su precioso culo en pompa y su coñito brillante deseando ser penetrado. Y muy cerca estaba yo, con mi polla más dura que “el pan de antes de ayer.”

Lo malo era que al otro lado de la puerta y a punto de echarla abajo.

estaba la recepcionista.

–Ale, me meo.

Alejandra cambió por completo su semblante lascivo, por uno que no me gustaba nada. Me hizo un gesto para que me escondiera en uno baño, se tapó con una toalla y se dirigió a abrir la puerta. Me escondí como p...

La hermana de mi novia

Primera parte de como empecé a desear a la hermana de mi novia y de los sucesos que me llevaron a que cumpliera mi fantasia erótica con ella

He estado con mi novia alrededor de 5 años, tiempo en cual hemos sido muy felices por supuesto. Yo tengo 26 y ella 22. Ella tiene una hermana mucho más joven que acaba de cumplir 18 años y se llama Sandra. Sandrita es rubia y tiene un súper cuerpo, por lo que se no va al gimnasio ni se cuida mucho pero cada una de sus curvas las tiene bien puestas. Por desgracia para su familia a ella le gusta vestir muy insinuante y despertando el morbo de todos los hombres. Su ropa interior y lo que se le ve es muy diminu...

Pat, mi vecina, mi puta (final)

Final de la saga con mi vecina

Tras este primer polvo matutino, nos duchamos y nos vestimos de forma deportiva. Pat con unas mallas negras y un top del mismo color y muy ajustado, remataba su imagen las zapatillas deportivas.

Yo con pantalón muy corto, camiseta y zapatillas deportivas.

De esta guisa salimos a dar una vuelta por las instalaciones del hotel. La imagen de Pat en ropa deportiva siempre es un estímulo para mí y quería que me vieran al lado de este pedazo de mujer, de esta hembra deseable, de mi vecina.

Tomam...

La fábrica (25)

Nueva entrega de la historia de Soledad, en torno a la cual sigue creciendo el círculo de la humillación. Si bien hay lectores que me piden que no lo haga, me siento obligada a pedir disculpas por las demoras, pero la falta de tiempo y los problemas de salud en la familia me tienen a maltraer

“Bueno, vas a decirnos ahora qué es lo que pasó” – me urgió en tono imperativo Evelyn, deteniendo el auto junto a la acera.

No había estacionado en ningún sitio en particular ni tampoco era que hubiésemos llegado a destino alguno.  Si aparcó el vehículo, fue simplemente porque consideró que ya era momento de exigirme una explicación de lo ocurrido; tanto ella como su amiga se giraron hacia mí con expresión expectante en sus rostros.

“B… bueno… - tartamudeé -; v… verá, s… señorita Evelyn: el s… s...

Cómeme el coño: Parte 1

Un hombre sumiso encuentra a una mujer dominante, y juntos llevarán a cabo todas sus fantasías...

Os voy a contar la historia de cómo conocí a mi alma gemela. Yo antes no creía en esas cosas, pero después de conocerla, empecé a pensar que si, que todos tenemos un alma gemela, alguien con el que encajamos perfectamente, simplemente que no tenemos la suerte de encontrarlo, y nos conformamos con alguien que medio encaja con nosotros, nos adaptamos y modificamos un par de cosas para funcionar. Yo no tuve que modificar nada. La pieza entró en el puzle tan fácilmente que parecía mentira.

Me llamo Álex,...

Era la misma polla

Lejos del asco, cuando al día siguiente desperté en una cama extraña y con el coño dolorido, escuchándolo bajo la ducha, volví a sentir la gana de dar a mi entrepierna alimento. Y me lo dio….como a una puta….una puta que agarraba su espalda como a un clavo ardiendo…una puta pidiendo ser penetrada, follada, sodomizada hasta el agotamiento mental y físico.

Era la misma polla.

Escrupulosamente la misma.

Ni un milímetro más, ni un milímetro menos.

Y sin embargo no lo era.

No cuando la sentía tan vigorosamente, en el interior de mi receptiva vagina, acompasando cada bamboleo con los crecientes grititos y el deseo de que aquella postura, aquel inmenso encuentro, no se terminara nunca.

Y sin embargo, veintitrés años antes, ese momento, se acababa en un pestañeo.

No me costaba ruborizarme al recodar el aparato dental...