¿Salvando un matrimonio?
Uno pensaba en que no pasaran 24 horas sino 240, dejando atrás el momento, el instante para dejarlo como algo olvidado, un desaprovechamiento, la salvación de todo lo logrado, la felicidad, continuar el camino. No, soy un hombre, muy hombre y como tal era incapaz de mostrarme fuerte frente a la tentación. ¿Por qué?...era tentación ¿no?.
A veces me gustaría contar historias reales, atiborradas de lascivia y placer carnal.
A veces me gustaría presumir de haber conquistado sin esfuerzo, solo con el pestañeo, a mujeres gloriosas y eróticas, cuya entrepierna, siempre jugosa, soñaba con correrse exclusivamente entre mis brazos.
Pero esas veces, la mayor parte de las ocasiones, con una vida como la mía, se transforman en poca cosa.
Cosas bien distintas.
Cosas como Ana.
Ana, compañera de trabajo, era de esas...