Jugando con fuego (Libro 4, Capítulos 35 y 36)
Continúa la historia.
CAPÍTULO 35
Posó la copa en la mesa. Se colocó el pelo. Y lo repasó con la mirada, sin amilanarse.
—Siento decepcionarte pero no fui allí, cachonda perdida, a que me follaran esos dos críos. Acabó pasando y ya está.
—Entiendo. Bueno, y supongo que, además, a esas edades, con las hormonas descontroladas, te saltarían encima tan pronto como pudieron —dijo Carlos al tiempo que alargaba una mano hacia ella.
—¿Qué haces? —protestó.
—Nada que incumpla tus reglas —respondió, llevando...