Surgió el corneador que llevo dentro
Una página de contactos, un cornudo consentido y una buena hembra. Sacaron el corneador que había en mí.
El verano de mis 32 años, con un cuerpo muy cuidado y la testosterona emanando por cada poro de mi piel, decidí buscar nuevas y morbosas experiencias.
Por medio de una pagina de contactos, contacté con una pareja que buscaba un macho para la mujer. Pedían una serie de características que encajaban conmigo a la perfección. Pedían un texto de presentación, unas fotos y una dirección de mail.
Envíe a un correo lo que pedían y a los dos dias recibí contestación. Me enviaron un mail en el que me pedí...