La depresión de Sergio
Le ofrecía una teta para que se la chupara, y él no se hizo rogar. Con todo su largo saber se metió en la boca lo que pudo de una teta. (FOTOS)
LA DEPRESIÓN DE SERGIO
Pobre hombre, lo veíamos medtitabundo y cabizbajo, su rostro trasuntaba una tristeza infinita, una pena sin nombre.
Varios amigos procuramos inquirir las causas de ese estado calamitoso. Sergio no parecía Sergio. Las amigas que solían compartir su cama se quejaban de que ya no las llamaba.
Abandonó su consultorio, y casi no se ocupaba de su clínica. Todo parecía irse a pique.
Tampoco viajaba a Buenos Aires a encontrarse con las mujeres que allí lo esperaba...