La azotea
Cómo un simple lugar puede desencadenar un acúmulo de placeres y sensaciones.
Pongo por testigo a
Recuerdo el aire de la noche rozar mi piel, mientras tu lengua sedienta de mí recorría todo mi ser
Era media noche en verano y salimos como solíamos hacer, cenar, tomar unas copas y por supuesto, follar.
Estábamos en un bar tomando un Martini, sintiendo cada grado de alcohol recorrer mi sangre y dejando salir a la verdadera mujer que esconde mi interior. Jugueteaba con la bebida, lamiendo el filo del cristal de la copa y chupando mis dedos bañados en el exquisito a...