Compañeros de pupitre
Llevaba toda la vida enamorado de Elena, una compañera de clase, hasta que la tutora nos sentó al lado...
En esos días no podía dejar de pensar en Elena. Desde pequeños habíamos sido compañeros de clase, pero nunca habíamos llegado a tener una relación, a pesar de que a mi siempre me había gustado, me parecía la chica más especial del mundo, más allá de lo físico, me sentía totalmente atraído por ella. Su sonrisa, la alegría que siempre desprendía me dejaba loco.
Elena tenía una altura media, era morena, delgada, con unas tetas que aun estaban en desarrollo, pero que eran más grandes que la mayoría...