Sabor a lascivo y pasión
Voy a cachearte pequeña zorra, estas buenísima no voy a dejar ni un tramo de tu piel sin explorar, voy a descubrir lo que oculta tu cuerpo pecaminoso.
Entré en esa habitación malorienta cutre y fría, como la habitación de un hostal de mala muerte. Había una cama una butaca y una mesita de noche no había ni un cuadro ni un florero ninguna decoración que alegrara la habitación pero no me importa porque fui por ti. Ahí estabas tú de pie, tan sexy tan varonil esperándome deseando consumirme. No dijimos palabra después de un mes sin contacto físico las palabras sobran, queríamos actos calientes soltar nuestros instintos sexuales y aplacar el deseo con el...