Secretaria de día, puta de noche (6)
..volví a sentir ese estremecimiento por todo mi cuerpo; desde las ventanas, los presos me gritaban de todo: asquerosos piropos, obscenidades inmundas, promesas de violarme, .
Casi un mes había transcurrido desde que humillé a Rodrigo y luego fui violada por él sin ninguna compasión; todos en la oficina acudieron a su boda ese día, pero yo no: tenía cosas más importantes qué hacer: para mis compañeros de trabajo, la señorita Viviana se había perdido la celebración por estar en cama, con un muy fuerte resfriado. La verdad era que "Sheyla" (mi otro yo), había encontrado la manera perfecta de pasarla bien ese jueves en la tarde, en que Rodrigo, aquel que me había casi partido...