Dama - Acto I Escena IV
La dama y la criada
Adela durmió placidamente después de muchos años de hacerlo inquieta. Por primera vez le importaba poco donde estuviera su marido. Hacía tiempo que dormían en habitaciones separadas y no iba a ser ese día precisamente cuando reclamara su presencia. Pensó en darse una ducha para quitarse los inquietantes olores que le acompañaban pero quería dormir precisamente acompañada de esos olores a guarra que tanto le recordaba los placeres de los que había disfrutado. Cuando cerró los ojos una plácida sonrisa le cub...