Natalia. Perra viciosa.
Estaba siendo usada como retrete. Mi primer trabajo como «pedazo de carne». Mientras me meaba en la boca me dijo que cada mañana y cada vez que él lo quisiese, iba a ser su inodoro. Nunca antes me había pasado por la cabeza La idea, pero me gustó. Me pregunté hasta donde tenía pensado denigrarme las posibilidades eran prácticamente infinitas y cada una me excitaba más que la anterior.
Natalia. Perra viciosa.
Llegue a casa con el estómago lleno de esperma y el coño empapado y deseoso de recibir polla. Hasta el culo me palpitaba por lo excitada que estaba. Eran las cuatro tres de la mañana, en verdad no espera que Dionisos estuviese despierto, ese es uno de sus pocos defectos, duerme más que un koala. Así que estaba mentalizada para despertarle con una mamada y rogar para que me follase.
En verdad, tenía el estómago más lleno de lo que creía. Hice diecisiete mamadas, de las cua...