Proyecto Edén 02: objetos

Descubrimos las bases dl Proyecto y nos dejamos llevar por su sorprendente naturaleza

Blade apareció en mi sala a media mañana del día siguiente. Se presentó sin avisar, y se plantó allí en medio sin dignarse a llamar a la puerta. Al parecer, nadie en la casa parecía atreverse a plantar cara a aquel individuo, que se movía por el lugar sin ni mirarles. La propia Marina, al verle, se quedó paralizada en un rincón. Creí percibir que temblaba. En cualquier caso, manifestaba un temor reverencial.

  • Olivia, supongo.

  • Así es ¿Con quién tengo el honor?

Sin contestarme, se plantó...

Proyecto Edén 03: complemento

Vamos comprendiendo el alcance y las posibilidades de lo que tenemos entre manos

Desperté temprano, alarmada por un ruido que resultaron provocar Marina y el muchacho. La pequeña, a mi lado, en el colchón, se esforzaba sin éxito por tragarse aquel enorme falo que me había causado la irritación que sentía entre las piernas. Me pregunté de dónde sacaban la energía y la aparté agarrando a ambos de las orejas y llevándomelos a rastras a la ducha.

Reparé en que no había oído su voz. Mientras los enjabonaba entre risas, el chiquillo trataba de tomarnos. Se agarraba a nosotras y restrega...

Proyecto Edén 04: sujeto

Un giro en los acontecimientos cambia las tornas.

  • Por fin, querida. Temí que no te despertaras.

Entreabrí los ojos aturdida, con la cabeza abotargada Frente a mi, Marina y el muchacho aparecían sujetos por correas en sus muñecas y tobillos a un aspa con forma de equis.

  • ¡Hijo de puta! ¿Qué hace con ella?

Traté de incorporarme inútilmente. A medida que me despejaba, comprobé que me encontraba en la misma situación que los muchachos.

  • ¿Ya?

  • No sé qué pretende, pero no puede tener éxito. Vendrán a buscarme. Vendrá a buscarme...

Proyecto Edén 05: epílogo

Ha pasado el tiempo

La acaricio despacio. Estoy sentada en el suelo, entre sus piernas abiertas, y acaricio su polla lentamente, disfrutando del paso de tiempo con esta consciencia deliciosa de que no hay prisa. La tiene más grande. La acaricio lentamente con la mano. Muy lentamente, mirándole a los ojos. A veces, me inclino y beso sus pelotas, que se repliegan al contacto de mi boca, sin dejar de acariciarla despacio, haciendo resbalar la mano alrededor, deslizándola sobre su superficie rugosa, aplastando con la mano las prot...

Ana, la buena esposa (5)

El precario intento de una joven y sensual esposa de mantener intachable su matrimonio. La batalla por conservar su castidad es cruenta y de consecuencias insospechadas para ella.

Ana, la buena esposa (5)

1

Esa mañana de lunes, muy temprano, me concentro en esforzarme y sudar mucho en el gimnasio. Una de las instructoras, una muchacha rubia de músculos como correas, sigue mi entrenamiento de cerca; a unos metros la otra profesora atienda a otras dos alumnas. Recién empieza a salir el sol sobre la ciudad y el gimnasio está casi vacío y disfrutamos las instalaciones para nosotras tres.

Voy de máquina en máquina, trabajando mi cuerpo para mantenerme en forma y conserva...

Ana, la buena esposa (6)

La terca lucha de una femme fatale por ser leal a su amado, pero infiel a su instinto.

Ana, la buena esposa (6)

A mi joven y recién conocido vecino, Juan de Dios, lo he atrapado este jueves mirándome desde su bicicleta, al otro lado de la casa. Viste una camiseta celeste Nike y un pantalón corto negro y sin marca. Va con las zapatillas verdes de lona desatadas, con los cordones arrastrándose por el suelo al caminar.

El chico se acerca a saludarme y me ayuda con las dos bolsas del mercado. Según él, nuestro encuentro ha sido una coincidencia pero yo no le creo. No le digo lo que pi...

El secreto del limoncello (5)

¿Hasta dónde llegarías por cumplir un deseo? Sigue la historia de Ingrid y Marcello, y siente a través de ellos.

Nota de la autora: Esta entrega forma parte de una saga que recomiendo leer desde el principio. Como en las entregas anteriores los escenarios y mitos que se exponen son reales. Espero que lo disfruten y valoren o comenten, por poco que sea siempre es agradable. Muchas gracias. 21

—¿Qué tal todo? ¿Lo estás pasando bien? –Su voz suena sarcástica.

Me doy la vuelta y ahí está él, esta vez no me rehúye.

—La verdad es que no, todo esto es demasiado para mí… —miro a nuestro alrededor; la música...

Ana, la buena esposa (2)

El intento y la lucha de una mujer hermosa de mantener a salvo su matrimonio. Pero el enemigo es su propia lujuria, una adversaria implacable.

Ana, la buena esposa

Cuando entré al mundo laboral y empecé a ejercer como abogada en un pequeño estudio de la ciudad jamás pensé hacer las cosas que hoy me ocupan. Mi ambición siempre fue destacar con esfuerzo y dedicación, y de esa forma hacerme un nombre. Era un asunto difícil para cualquier persona, pero en especial para una mujer joven y demasiado hermosa y sensual como yo. Había cosas que estaban en mi contra, pero yo quería superar con mis medios las suposiciones. Nunca pensé que hubiera atajos...

Ana, la buena esposa (3)

El intento y la lucha de una mujer hermosa de mantener a salvo su matrimonio. Pero el enemigo es su propia lujuria.

Ana, la buena esposa (3)

No hay nada peor que la terapia que no tiene efecto sobre el paciente. Es una pérdida de tiempo y de dinero. Es lo que siento en relación a la terapia de parejas a la que voy con mi esposo. El doctor Cantoná es un profesional muy destacado, recomendado por varias amigas de renombre. Se supone que con la ayuda del terapista mi matrimonio debía salir de la mala situación en que está. Pero no ha sido así: mi esposo sigue desconfiando de mí.

Lo he dado todo en las sesiones s...

Historias De Oficina T2-7-

Seguimos analizando la vida de nuestros personajes, descubrimos el pasado de Alex.

Capitulo Siete

Observe a mi compañero desviando la vista rápidamente.

-          ¿Y bien? – dijo uno de mis oponentes

-          ¿Así estamos? – le dije a mi compañero.

-          Solo una, juégala como quieras – respondió.

-          Bien – concluí – Truco – cante.

Los oponentes dudaron, se observaron.

-          ¿Te va? – pregunto el primero.

-          Si tenes algo dale.

-          Quiero – respondió finalmente.

Jugue un tres de oro, con eso so...