De pendeja, puta (Parte 6)

El camino a mi debut sexual con el padre de mi mejor amiga tiene una última etapa que no imaginé.

Volví después de un tiempo imposibilitada de sentarme a escribir y desandar mi historia sexual, a modo de catarsos.

Ah, gracias a los que se tomaron el tiempo para dejar sus impresiones.

Sexta parte.

-Sí, Pam, estoy bien. No te preocupes.- grité desde el asiento del inodoro mientras, nerviosa, agarraba papel para limpiarme el pis y la humedad de los jugos que Rubén provocó.

Me subo la bombacha e igual sigue húmeda, le paso un poco de papel para intentar secarla. Es un vano. M...

Memórias de África V

Continuación del relato de un viaje y de las experiencias que viví.

A la mañana siguiente como de costumbre entraron tres mujeres a darme de beber, llevarme comida, asearme y a inspeccionar la “obra” de Aifon. Estaba todavía un poquito irritada, así que volvieron a masajearme con el mismo ungüento tanto la parte de adentro de las nalgas como el sexo, el pubis, la vulva. Aifon me había dejado tan suave como el culito de un niño. Luego en vez de vestirme, me dejaron acostada en el camastro y se fueron. Me dejaron toda mi ropa limpia a los pies de la cama. Me puse sólo las bra...

Memórias de África VI

Cuando veo que no puedo seguir soportando algo, aguanto un poco, y entonces sé que puedo aguantar cualquier cosa.

A la mañana siguiente me despertó el ruido de la puerta. Por la puerta entró Aifon y una luz que casi me ciega. Pude ver el cielo de azul limpio e intenso y la cara de Aifon con esa sonrisa en su boca de la que pocas veces se desprendía. Sentándose en la cama, me bajó las bragas hasta quitármelas, abrió mi sexo colocando los pulgares en los labios y lo estudió detenidamente. Me dio la vuelta y repitió la operación revisando las nalgas y separándolas para ver el ano. Por el tono de su voz y su gesto, compren...

Memorias de África VII

Las vistas eran inmensas, vacías.Todo lo que pude ver estaba hecho para ser grande y libre.

A raíz de aquella mañana, cuando azoté a Aifon y Samsung me folló como un semental, mi vida en el poblado cambió. Por lo pronto, preferí estar desnuda, ni siquiera con taparrabos. Me movía con total soltura por el poblado, incluso me atrevía a hacer pequeñas incursiones por el bosque acompañando a las mujeres a buscar comida. Tenía una extraña sensación de libertad. Respetaban mi intimidad y sólo entraban en la cabaña para lavarme todas las mañanas y llevarme la comida. Algunas veces venía sola Aifon a trae...

Memorias de África VIII

La lluvia era como el abrazo de un amante.La tierra respondía con un ruido profundo, y el mundo cantaba a mi alrededor

Durante un par de días necesité los cuidados de Aifon y de las otras mujeres, que me aplicaron toda una suerte de cataplasmas y de hierbas para cicatrizar el ano. Caminar se me hizo un calvario y la idea de que me volvieran a follar por el culo me dio pavor durante unos días. Días que por supuesto ni azotes, ni hombres, ni lavativas ni nada. Ungüentos y descanso, eso sí, acompañados de magreos y caricias por parte de Aifon, Lila y otras chicas, que me excitaban pero que me dejaban a las puertas de algo más....

Memorias de África IX

Está bien arriesgarse de vez en cuando, siempre y cuando sea una misma la única que pague.

Los días en los que me apetecía estar sola o metida en mis pensamientos, me dedicaba a observar la manera en que se organizaba aquella tribu. La mayoría de los días los hombres se ausentaban y no sabía dónde se metían hasta la tarde. Tengo que aclarar que sin reloj y sin ninguno de los artefactos modernos que condicionan nuestra vida, perdí por completo la noción del tiempo que llevaba entre aquella gente. Aprendí a interpretar el paso del día fijándome en el sol. Comía cuando tenía hambre y dormía cuando t...

Memorias de África X

Hay cosas que vale la pena tener o por las que pasar, pero tienen un precio.

Estos indígenas tenían la costumbre de distribuirse en pequeños grupos durante la vida cotidiana. Descubrí dónde se metían los hombres la mayoría del tiempo, unos pescando, otros cazando. Las chicas en el arroyo cogiendo musgo, hojas de plataneras, hierba fresca y agua. Las mujeres mayores en el poblado limpiando, haciendo fuego o cuidando de los niños y adolescentes. Se distribuían por sexos, pero además dentro de cada grupo de sexos, se separaban luego por edades. Me agradó ver el cuidado y casi hasta el...

Memorias de África XI

Las despedidas producen una sensación extraña.

Amaneció un nuevo día y los rayos del sol se volvían a colar entre las ramas que formaban las paredes de mi cabaña. Después del desayuno y del lavado diario, salí a caminar por el poblado. Los hombres se preparaban para salir de pesca. Esta vez, cosa rara, Samsung parecía que les acompañaba. Yo pensaba que los altos dignatarios de estas tribus no se plegaban a tareas tan mundanas. Mi “amigo”, el atrevido veinteañero, también iba, así como algunas mujeres. Lila salió de una cabaña con una especie de cesta en...

Mi mujer descubre el orgasmo con mi amigo.

Mi mujer se llama Bea y es muy retraída, a mi me gustan las fantasías sexuales y gracias a una noche loca descubrimos un mundo de placeres prohibidos, esto es una historia real, tan sólo cambian los nombres ¿No quieres conocerla?

Beatriz y yo, que me llamo Samuel somo un matrimonio tradicional de 35 años, casados formalmente y ella es de familia pija y anticuada; Bea siempre ha sido muy retraída para el sexo, nada de fantasías y lo justito, la educación bastante represiva y su personalidad muy flojita la convierten en una mujer muy cursi y tontaina, buena gente, pero con poco duende.

Es rubia y curvilínea, de caderas anchas y con buenas tetas y tiene los ojos marrones claros, nunca le gustó ponerse faldas cortas ni escotes, au...

El Rapto cap 6

Tres son multitud

VI

Mariana toma de la mano a Fernando lo lleva al baño entran en la regadera el agua cae sobre sus cuerpos desnudos, ella toma una esponja con jabón líquido y comienza a pasarlo por el cuerpo de Fernando mientras lo besa con cariño, él está fascinado, la abraza la besa de una forma tierna, sus manos recorren el cuerpo de Mariana toma la esponja y ahora es el quien la limpia con cariño con devoción aprovechando de besar y acariciar su cuerpo, sus besos son cada vez más largos llenos de pasión y deseo,...