El amante de los tiempos, en 5 relatos (29)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(29-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

No lo sabía, pero aquella sería la última vez que vería con vida a aquella familia tan follada y, por tanto, tan querida, pues una horda de salvajes indios escapados de una reserva cercana, arrasó la zona, no dejando a nadie con vida, ni chicos ni grandes.

Era lo que tenía vivir apartados de todo el mundanal ruido. Algo bueno debía de tener aquella salvajada. Todo el di...

El amante de los tiempos, en 5 relatos (30)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(30-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Cogí el medio coco y agrandé el agujero, luego yo mismo se lo coloqué, metiéndole su flácida polla dentro.

Al otro lado, la princesa mamaba de su esclava, mientras se metía un par de dedos en su chochete para condimentar la leche con algún que otro orgasmo.

Le até el protector alrededor de su cintura y lo hice levantar.

. - camina y dime si te duele el paque...

El amante de los tiempos, en 5 relatos (31)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(31-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

El viejo, bien contento, se puso detrás y cogiendo ambos pechos, puso los dedos como lo hacía con sus animales y fue ordeñándola.

Sadam se sacó los pantalones y bajándole los del viejo, se puso entre Amidala y el anciano, con su culo hacia la polla del folla-ovejas. Cogió su polla, la del viejo, y se la clavó. Así, mientras ordeñaba a Amidala, se follaba a un Sadam sonr...

El amante de los tiempos, en 5 relatos (3)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(3-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Una vez el tío libre de sus tres folladores, había que descargarlo.

. - chicos y chicas, no podéis metérosla en vuestros culos y/o vaginas por su tamaño, así que el que quiera, puede disfrutarla con la boca hasta que se corra.

Como una marabunta, fueron todos a por la polla del japonés. Se la disputaban, incluyendo los huevos. Tanto la mamaron los chicos, que acabó...

Huyendo en familia (1)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(1-11)

ESCRITA POR:   SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

. - querido, están tocando en la puerta.

. - ¿qué dices? –le dije a Miranda, sin abrir los ojos, pues tenía un sueño que te cagas-.

. - que están tocando en la puerta.

. - ¡joder, no son horas!

Me levanté de mala gana y con intención de aostiar al que nos tocaba los huevos a las 6 de la mañana.

Con las prisas y los ojos todavía medio cerrados, no acababa de colocar...

Huyendo en familia (2)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(2-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

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Sofía, mientras tanto, se pajeaba mirando a su hermano disfrutando de su putísima madre. El olor de su vagina me llegó a mi nariz y con una seña, le dije que se pasara delante. Ella lo hizo ipso facto. Sin preámbulo, le abrí de piernas y mientras le sobaba las tetas, me comí su chochito sabrosón, haciendo gritar de placer a una hija que más que hija, era una amante, así como también lo era ya mí...

Huyendo en familia (3)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(3-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Le aparté la boca de la polla de su padre y me la metí en la boca. Era gorda de cojones y sabía de miedo.

. - vamos, está de puta madre. Ahora siéntate sobre ella y trágatela toda. Vamos a hacer disfrutar al viejo.

Felicia tragó saliva. No era lo que había pensado, pero al final sería desvirgada, aunque fuera por su propio padre. Así que se sentó y se la tragó cuan larga era. Aquello...

Huyendo en familia (4)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(4-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

. - “… un agente de la seguridad del estado ha aparecido muerto apuñalado en una zona deprimida de la ciudad. Se cree que fue atacado para robarle, pues no llevaba la cartera encima, por otra parte …”

El nombre estaba sobreimpreso debajo de la foto del infortunado segundo al mando, Alejandro Robaina. Clara dejó mi polla y se preocupó.

. - ¿lo conocías, cariño?

. - sí, es en...

Huyendo en familia (5)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(5-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

El tío seguía dándole polla hasta que vio al chico con la cabeza girada hacia mí en aquella posición tan sabrosa de enculamiento. El juez fue mirarlo y mirar donde lo hacía el follado. Se puso colorado a más no poder.

. - la ostia puta. ¿Qué hace en mi casa?, esto que ve no es lo que parece.

. - joder, esa sí que es una frase única. Continúe y acabe, juez, no tengo prisa –Dije sentánd...

Huyendo en familia (6)

Esto es algo que nunca le escucharán decir a un hombre: “Deja de chupar mi pene o llamaré a la policía”, George Carlin. Relato en 11 trozos.

HUYENDO EN FAMILIA

(6-11)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Una vez la cosa sexual materializada y en vista de su invalidez temporal, cogí la almohada y llevándola hacia donde antes tenía los pies, me di la vuelta, consiguiendo con ello que Joseba y yo mismo, apoyemos la cabeza en dicha almohada.

Lo miré y me miró. Ambos sonreíamos, él más azorado que yo por su no costumbre de comer pollas como yo que estaba más que acostumbrado. Acerqué mi boca a l...