El inicio de nuestras fantasías
El juego había cambiado de roles sin que supiera como. Planeaba tenerlo a mis pies suplicando y el partido se dió vuelta. Jamás imaginé hacer de su sumisa.
Había decidido jugar al límite con él esa noche. La relación se había consolidado mucho más desde que me animé a confesarle mis más oscuras fantasías y perversiones y él a mí algunas de las suyas. Teníamos aquella noche una cena en la casa de sus padres, era el cumpleaños de la madre. Marcelo y yo iríamos, así como también los seis hermanos, algunos de ellos con sus respectivas parejas.
Ese día salí temprano del trabajo, para comenzar a prepararme. Si todo salía bien, estaríamos de nuevo en casa para...