Memorias de una Pulga VIII
Memorias de una pulga muy especial
CAPITULO VIII
BELLA SEGUIA PROPORCIONANDOME EL MÁS delicioso de los alimentos. Sus juveniles miembros nunca echaron de menos las sangrías carmesí provocadas por mis piquetes, los que, muy a pesar mío, me veía obligada a dar para obtener mi sustento. Determiné, por consiguiente, continuar con ella, no obstante que, a decir verdad, su conducta en los últimos tiempos había devenido discutible y ligeramente irregular.
Una cosa manifiestamente cierta era que había perdido todo sentido de...