Brindo por tí....y por tu nuevo....estado civil.
Y lucho por convencer a mi camisa de que permanezca cerrada, sobre unos pechos que no dejan de subir y bajar al ritmo de mi agitada respiración
Ella era la visita. No se esperaba que fuera ella quien diera el primer paso. Y así fue. Se quedó muy tranquila en el cuarto que le había sido asignado, lamentando no haber dado algún indicio de sus intenciones.
Qué diantres! Acaso haber golpeado a su puerta para pedirle un lugarcito por una noche, ¿no era buen indicio? Haber elegido la noche, en que su esposa sale con…amigas, ¿no era toda una señal? Incluso, lucir ese camisón corto de seda natural, color carmesí, con finos breteles que insistían en c...