Amaneciendo
Una muchacha abre los ojos ante la vida y descubre que significa estar viva.
Al anochecer un día como cualquier otro, me dispuse a visitarlo como lo hacía siempre. Solíamos conversar, muchas veces hasta altas horas de la madrugada, de diversas cosas: él me explicaba fascinantes e incomprensibles cosas del mundo exterior y yo le explicaba las "grandes" novedades que habían en el poblado. Pero ese día algo en él había cambiado.
Todavía hoy, tanto tiempo después, y tras vivir todo lo que he vivido, se me eriza la piel al recordar la sensación. Era una energía estática y pod...