Retrato de una mujer casada
---No seas tonta, ¡si tu también lo quieres! ---dijo Fernando volviendo a abrazarla--- Ana se deshacía nerviosa, se daba cuenta que esto se le iba de las manos. Había sido una ingenua permitiendo la entrada a su casa a un extraño y ahora no sabía que hacer. ---NO, YO NO QUIERO NADA ¡¡¡VETE!!! Gritó con fuerza---
¿Puede una mujer enamorada ser infiel?
Se casó muy joven, apenas contaba diecinueve años, no es que fuese una edad totalmente inadecuada, pero ahora, desde sus treinta y siete años, reconocía que corrió demasiado, no vivió suficientemente su juventud, y ahora, el tiempo le estaba pasando cuentas.
Si dijera que no fue feliz, mentiría, fue feliz, muy feliz, sus quince primeros años, fueron lo más parecido a vivir en el paraíso, vivía por y para su marido, y no concebía una vida sin él, sin te...