Yo sumiso
Por fin Ernesto cumple su sueño y se entrega a Lady Helena.
Yo nunca había tenido dioses, nunca hasta ahora, hasta que conocí a Lady Helena. Es mi ama y señora y yo no soy mas que un perro que aun esta por educar, pero ella ha decidido hacerlo. Ha decidido adiestrarme con un único objetivo, su placer. Y yo estoy encantado con ello, soy feliz viéndola gozar, incluso disfruto mas con los pocos orgasmos que pueda arrancarle a ella que con los míos propios, y estos últimos están siempre bajo su estricto control.
Llevamos algún tiempo hablando, la conocí una...