Mi amo, mi señor, yo tu sumisa servidora
Eres mi dueño. Soy tu posesión. Hágase en mí tu voluntad.
Mi amo, mi señor.
Eres mi dueño. Soy tu posesión. Hágase en mí tu voluntad.
Mi amo, mi señor, aquí postrada a tus pies como perra obediente deseando una caricia tuya aguardo el gesto que te dignes a brindarme mientras condescendiente arrojas a mi lado trozos de la tostada que he preparado esta mañana para ti.
Sumisa.
Dócil, espero como una buscona una señal que me indique que me harás tuya.
Húmeda mi raja clama por tus atenciones, pero tu, mi amo, me ignoras y me aparta...