Mi amo, mi señor, yo tu sumisa servidora

Eres mi dueño. Soy tu posesión. Hágase en mí tu voluntad.

Mi amo, mi señor.

Eres mi dueño. Soy tu posesión. Hágase en mí tu voluntad.

Mi amo, mi señor, aquí postrada a tus pies como perra obediente deseando una caricia tuya aguardo el gesto que te dignes a brindarme mientras condescendiente arrojas a mi lado trozos de la tostada que he preparado esta mañana para ti.

Sumisa.

Dócil, espero como una buscona una señal que me indique que me harás tuya.

Húmeda mi raja clama por tus atenciones, pero tu, mi amo, me ignoras y me aparta...

Lee esclava (5)

Una fiesta especial.

Veo que has seguido todas mis ordenes, a partir de ahora, cada vez que leas mis instrucciones lo harás de rodillas ¿entendiste?.

Bien esclava, esto es una invitación.

Puedes decidir entre venir o no.

Tengo una fiesta en mi casa, vendrán muchos amigos míos, tendrás que estar en mi casa a las cinco de la tarde, tres horas antes de que empiece la fiesta.

Veras que habrá muchas chicas, a diferencia de ti, ellas tienen collares, ya que son oficialmente mis esclavas, yo aún no he dec...

Lee esclava (7)

disfruta de tus nuevas ordenes

Desnúdate completamente, ponte esos cascabeles en los pezones y tomate la píldora anticonceptiva.

Cuando sean las cuatro de la madrugada, saldrás de tu casa, frente a tu puerta, hay una mascara sin agujeros para los ojos, un collar y una correa, te dirigirás al parque y te pondrás el collar, te ataras con la correa al árbol y te pondrás la mascara.

En ese momento, no hablaras, simplemente ladraras y aullaras lamentosamente como una perrita abandonada, sola, ante el frio.

Pero yo te de...

La nueva familia de Alfredo 6

Sarahi respiraba agitadamente, intentaba hablar pero las palabras nada mas no le salían así hasta que al final tratando inútilmente de contener sus lágrimas habló, se expreso con voz temblorosa y llorosa— ¿Papá?;

LA NUEVA FAMILIA DE ALFREDO 6

Entre Aceneth y Sarahi destrozaron a Oscar logrando que lo corrieran de su trabajo y esmerándose hasta lograr por igual en dejarlo tan mal parado, con una reputación por los suelos que sencillamente le evitara el ser aceptado en cualquier otra empresa. Lo inevitable en estos casos sucedió y en un abrir y cerrar de ojos Oscar se encontraba con la soga al cuello, temeroso por su situación, por la mala reputación no lograba encontrar ningún otro trabajo y en lo que cor...

Quiero que me emputezcas

A veces soy yo misma la que me tengo que ofrecer, la que tengo que obligarte, la que tengo que hacerte ver que soy tu puta zorra, porque eres tan distraído que se te olvida. Estás leyendo el periódico y ni me miras, ni me atiendes.

Quiero que me emputezcas

Porque no comprendes las necesidades de amor de tu mujercita, las necesidad de cariño, de tus mismos y atenciones, y entonces vengo hacia el sofá en el que lees, me arrastro a cuatro patas con la correa de tu pantalón en la boca y te toco la pierna con la cabeza para que me mires, para que me atiendas, para que les des cariño a tu perra sumisa, a tu puta zorra que se muere por tus caricias y mimos.

Y tú me miras, me sonríes y sigues leyendo, pero yo no me rin...

Allanamiento de morada (y 3)

El final de la historia. Se recomienda leer las 2 primeras entregas.

Mónica abrazó a Adriana y la beso, recostándola sobre el colchón, y esta reaccionó correspondiendo a su amiga con idéntica pasión. Su inexperiencia se hacía evidente en cada gesto, en cada caricia trémula, y sin embargo, tal vez por la embriaguez o por mero instinto, sus cuerpos comenzaron a reaccionar y sus actos parecieron dejar de ser producto de la coacción para convertirse en deseo. Unos minutos después habían perdido la noción de ser observadas y grabadas, y cualquier atisbo de rechazo había de...

Allanamiento de morada (2)

Empieza la fiesta.

Ambas salivaron humedeciendo sus bocas con la lengua mientras movían convulsamente sus cabezas incapaces de asimilar lo que les estaba ocurriendo. Maria fue hasta Adriana y se sentó en sus rodillas acariciándole los pómulos y esta bajo su cabeza para intentar zafarse vanamente de aquellas insidiosas caricias.

—Tienes un cutis precioso, Adriana— arrastró su húmeda lengua por su rostro y está reaccionó volteando su cara en un violento espasmo.

Aquellos ojos verdes se clavaron en los suyos y...

Chantaje o placer? (4)

Ella se puso a chuparmela con empeño hasta que me corrí, y me la limpio muy bien, y una vez que termino de acurruco a mi lado y me dijo que se quería quedar a dormir conmigo, yo ni le conteste, me di la vuelta y me eche a dormir. Lo que paso el Miércoles santo lo contare en otro capitulo

Cuando me desperté por la mañana, ella aun estaba a mi lado, en silencio, pero con los ojos muy abiertos, Yo realmente me levante cansado, estaba reventado, pero como todos cuando nos despertamos, estaba empalmado, así que sin avisar ni nada, me subí en lo alto y empecé a follarmerla, pero la muy puta aun estaba muy mojada, la mire y solo le dije que era una puta, y que me gustaba que estuviese así para mi, ella solo se limito a sonreír, y a decir que no lo podía evitar que desde que se despertó nada...

Allanamiento de morada

Dos amigas que comparten apartamento... una intrusión.

Mónica era una belleza, pero su carácter, soberbio y altivo, hacían que sus compañeros de estudios guardasen las distancias y optarán por evitarla para no oír sus improperios. Tenía diecinueve años y, en verano, vestía casi siempre ceñidos jeans de cintura muy baja y originales camisetas, la mayor parte de ellas de reconocidas marcas, que se ceñían a su esbelto cuerpo, consciente de que aquello abría sobre ella, no solo las miradas de sus compañeros, sino también las de ellas, algunas envidiosas, otra...

La nueva familia de Alfredo 5

¡Hacerte el amor!— expresó al instante Alfredo aunque lejos de creerle pues el pobre pensaba que Sarahi tan solo le jugaba una burla mayor.

LA NUEVA FAMILIA DE ALFREDO 5

Al otro día tal y como le prometieron Lorena y Aceneth pasaron por Sarahi quien ya las esperaba luciendo la pulsera y unas elegantes sandalias negras de fino y alto tacón completaban su atuendo una falda al igual negra y una blusa azul con mangas de tres cuartos. Tanto Lorena como Aceneth sonrieron maliciosamente tan solo verla tan elegante y así se dispusieron hasta llegar a su lujoso departamento fue entonces cuando Sarahi se llevó otra desagradable sorpresa.

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