A los pies de mi Ama 1
Mi Ama jamás me ha exhibido, jamás he estado vestido como es debido, es decir, desnudo y enjaezado, delante de nadie que no fuera ella. Pero hoy será distinto.
Abro la puerta de casa con algo de nerviosismo. He llegado un poco antes de mi hora habitual porque mi esposa, mi Ama, me ha llamado al despacho y me ha ordenado que así lo hiciera. Cuando cierro la puerta oigo su voz desde el fondo del pasillo.
-Ya era hora. Hace un buen rato que te espero –su tono es de enojo.
-Perdón, Ama –le respondo los suficientemente alto para que me oiga, temeroso-, el tráfico esta imposible a esta hora de la tarde.
Una vez dejo mi cartera con la documentación me d...