Tengo una extraña sensación (III)

Tercera entrega con el cuarto capítulo de mi relato. Mi adiestramiento de nivel II comienza con una jornada depravada de veinticuatro horas de sexo total y sumisión

(Para entender y seguir este relato por entregas es altamente recomendable leer en primer lugar las dos partes publicadas antes, cuyos enlaces son los siguientes:

Primera parte (Capítulos 1 y 2) http://www.todorelatos.com/relato/114370/

Segunda parte (Capítulo 3) http://www.todorelatos.com/relato/114432/

Se admiten comentarios, sugerencias y cualquier otra cuestión que queráis en mi correo actual, que es [alvarez_luis47@yahoo.es](ma...

DIARIO DE laia dia 15

A primera hora de la mañana llegaron los invitados al aeródromo donde los había recogido Sol para conducirlos a la casa. Al llegar fueron conducidos al despacho de la maestra donde fueron informados de los progresos de sus hijas

DIA 15

A primera hora de la mañana llegaron los invitados al aeródromo donde los había recogido Sol para conducirlos a la casa. Al llegar fueron conducidos al despacho de la maestra donde fueron informados de los progresos de sus hijas. Tras este encuentro se dirigieron a su cuarto para prepararse. Tanto Júpiter como Pandora conocían una parte de la casa por lo que no tuvieron  excesivos problemas.

Cuando se hubieron vestido con ropas más adecuadas volvieron a junto la maestra donde le contaron...

DIARIO DE laia dia 14

Para la presentación les proporcionamos como calzado unos botines con tacón de aguja de 20 centímetros los cuales elevaban su lindo trasero realzándolo y mostrándolo más provocativo.

DIA 14

Para la presentación les proporcionamos como calzado unos botines con tacón de aguja de 20 centímetros los cuales elevaban su lindo trasero realzándolo y mostrándolo más provocativo. Para completar su atuendo les habíamos proporcionado unas ligas que llevaba cosida una argolla, a través de la argolla deslizamos una cadena de la cual una de sus puntas la fijamos a una anilla situada en la punta de su calzado mientras que el otro extremo que tenía una pinza era fijado en uno de los labios externo...

A los pies de mi Ama 3

Mi hombría ha reaccionado brutalmente al estímulo de la visión de dos hembras preciosas y dominantes totalmente desnudas

­-Me parece que te convendría una buena ducha –la voz del Ama me saca de mi ensimismamiento; obviamente, por el tono cordial que emplea, deduzco que se dirige a su invitada.

Ésta tarda en reaccionar un poco ante la sugerencia, sumida como está en un sopor placentero.

-Sí, creo que sí.

-Ven, sígueme –le dice el Ama alargándole la mano para ayudarle a levantarse.

Ambas empiezan a caminar lentamente, aún cogidas de la mano, en dirección al pasillo que conduce al cuarto de aseo principal...

Carlota 3

Carlota comienza a experimentar la dominación

Carlota 3

7:15 am. Sonó el despertador: “ Deep down Louisiana close to New Orleans / Way back up in the woods among the evergreenss / There stood a log cabin made of earth and wood / Where lived a country boy named...” Un manotazo silenció a Chuck Berry de golpe. “Otro día la misma mierda” me dije a mi mismo, como odiaba madrugar. 6 horas de clases aburridas y profesores pedantes, pero, claro, hoy no sería el típico día aburrido de instituto, hoy iba a ser el primer día con mi perrita, el primer...

A los pies de mi Ama 2

Sus palabras, el vislumbre en ellas de una eyaculación, hacen que mi pene se encabrite aún más; a estas alturas debe de estar del todo congestionado y supurando líquido preseminal

-Aquí está –oigo la voz del Ama por encima de mi cabeza al tiempo que por el rabillo del ojo cuatro pies femeninos prácticamente desnudos y alzados sobre sendos tacones se paran ante mí.

-Delicioso. Simplemente delicioso –su voz suena musical, algo profunda.

-Saluda a nuestra invitada como es debido –hay enojo en su tono, y detecto un poco de nerviosismo, algo que me confunde, no va con su carácter.

Sin alzar la cabeza me muevo e inclino la cabeza hasta que mis labios besan uno de sus pies...

Esposas Perfectas S.L. (IV) - Despedida de soltero

Un juego peculiar en el que ninguna hembra quiere ser la ganadora

Este relato es la continuación de:

Luci & Fer (5) Cuarto día en la playa

Luciana y Fernanda siguen sus aventuras sexuales entregándose cada vez más al placer y la lujuria.

Mateo fue despertado por Saúl y Gabriel para que fueran a comprar comida juntos. Mateo se quitó algo avergonzado el collar que le había puesto Fer y salió. Sonreí al pensar que no se había aseado y seguro que sentiría en el camino un ligero sabor a leche. Aunque mucho no importaba después de todo lo ocurrido no quise andar desnuda, así que toqué la puerta de Gabriel, del otro lado respondió Sandra.

-Quería prestarle una camisa a Gabriel, disculpa.

-Si, no hay problema –Respondió.

La puerta...

El encuentro

El primer encuentro de un Amo con su sumisa...y mi primer relato

Mientras se vestía pensaba en como las cosas pueden cambiar de un momento a otro, en como una pequeña frase o palabra pueden desbloquear por completo a una sumisa.

Hacía varias semanas que la conoció, en una web de D/s. Desde el principio parecía una sumisa ansiosa de explorar su sumisión, aunque precavida como un cervatillo asustado y no sin motivos. Alguna mala experiencia anterior la habían vuelto cauta, recelosa y desconfiada. En esas semanas había conseguido ir ganando su confianza, sin prisa per...

Tengo una extraña sensación (II)

Segunda entrega, que corresponde al capítulo 3 del relato. Como escena de cierre de la película, me montaba un trío con los dos en el que de pronto llegaban una pareja gay y dos shemales más y nos fundíamos todos en una orgía sin freno.

3. Una tarde de película

El restaurante era uno de esos de los que mi Ama Sonia solía frecuentar. El dueño era asiduo a las fiestas de mi Ama. Cuando llegamos, nos hicieron pasar a un reservado en donde había una mesa pequeña con servicio sólo para una persona. Yo ya sabía lo que eso quería decir. Nada más entrar me puse a cuatro patas mientras que mi Ama se sentaba. Ella comería un excelente menú y yo comería coño, el jugoso coño de Lady Sonia. El reservado, por supuesto, también tenía sus cámara...