Secretaria por fuerza (II)
Sin un euro en el bolsillo y con miedo de volver a casa, entro a trabajar para un señor con las cosas muy claras: convertirme en su puta particular
(Viene de Secretaria por fuerza (I))
Beep beeep beeep
Suena el despertador y ya estoy nerviosa por el primer día de mi nuevo trabajo. Al encender el móvil veo un nuevo correo, es de mi jefe. En el asunto: importante.
“Buenos días, nueva secretaria. Estoy impaciente por ver como trabajas. Si quieres recuperar tu ropa interior de ayer, te recomiendo que no traigas otra. Obedece y no llegues tarde.”
Medio dormida apenas recordaba que mis braguitas y el sostén nuevo habían quedad...