Dando escándalo en la calle…soy una puta barata

Si soy puta, guarra cerda ramera, sucia, golfa, perra, zorra, chupaculo marrana estúpida tonta furcia viciosa niñata fulana facilona chupapollas una mierda, un juguete, una cosa, un objeto, un animal… todo eso dicen que soy y es lo que soy... feliz y orgullosa de ser así

DANDO ESCÁNDALO EN LA CALLE…

SIENDO UNA PUTA BARATA.

Si soy puta, guarra cerda rameras sucia golfa perra zorra chupaculo marrana estúpida tonta furcia viciosa niñata fulana facilona chupapollas una mierda, un juguete, una cosa, un objeto, un animal… todo eso dicen que soy y la verdad es que sí, que es lo que soy, y estoy orgullosa de serlo. Es lo que siempre quise ser y lo soy. Me gusta la fama que tengo de putona. Tengo las tetas grandes, el coño siempre dispuesto a una polla, y mi culo siempre...

Trabajo dos en uno

Una chica buscando trabajo de limpiadora termina limpiando más que la casa

Mi situación era extrema. Llevaba varios retrasos en el alquiler y la nevera vacía. Estaba cansada de repartir curriculums sin respuesta, hasta que esta mañana en el periodico vi un anuncio de trabajo:

“Limpieza integral con sorpresa, se busca joven con ganas. Bien pagado”

Llamé al número interesandome por la oferta y contestó un señor de voz grave y serena. Se trataba de hacer limpieza total en un piso de mi barrio (perfecto!), en unas tres horas estaría listo y pagaba 200 euros. Me pidió e...

Valentina, la chacha desnuda (10)

Tras una dolorosa sesión de BDSM Valentina tiene que dormir en la perrera con esos chuchos a los que no cae bien.

Mientras la disfrazaba de perra, a Valentina le dio por pensar en los canes de Tom. Cierto que después de que le hubieran hecho aquel cunnilingus ya no le enseñaban tanto los colmillos pero le seguían dando un miedo atroz.

Ajeno a sus temores, Tom le puso el collar de perro y le cubrió la cabeza con el capuchón negro. Este simulaba un hocico corto delante de su cara pero dejaba unas estrechas aberturas para los ojos y la boca. En la parte superior tenía unas orejas de cuero con las puntas dobladas hac...

Mi sobrino busca información de sus futuros compis

Me llevó de nuevo a la Universidad y allí pidió de nuevo un favor al hombre que nos ayudó a que su inscripción entrara, nuevamente me entrego a él, pero no paró ahí

Un saludo a mis queridos lectores, gracias por sus correos y comentarios, saben que en lo que me es posible me pongo a escribir alguna viviencia nueva para compartirla con todos ustedes.

En esta ocasion, mi sobrino con la idea de conseguir compañeros para que alquilasen habitacion en el piso del vecino, me llevo a la universidad, donde estuvimos realizando la inscripcion, y en la ventanilla, estaba el mismo hombre, asi es el que me habia follado cuando realizo la inscripcion de mi sobrino y lo adelanto p...

D. Ramon 2

Inés no cede a las propuestas licensiosas.

De repente pensé en ¿en que me estoy metiendo?. D. Ramón estaba allí tan tranquilo… Jorge no decía palabra… parecía… sumiso… Estaban proponiendo tirarse a su mujer…

  • D. Ramón, discúlpeme, yo no se muy bien que decir… Mire, me siento halagada por su interés, claro, pero ni siquiera se que hago aquí. Perdóneme si he dado a entender algo que no es, comprenda…

D. Ramón me miro. No era una miraba lasciva, ni severa… casi diría que comprensiva.

  • Escucha Inés, te he planteado algo que no es lo...

GOCHA, JOVEN Y SUMISA-3º Visita sala de tatuajes.

Puri, la joven esclava prostituida, es llevada al salón de decoración donde es ataviada como guarra-sumisa y ornamentada con tatuajes-pirsin para aumentar su rentabilidad como puta.

GOCHA, JOVEN Y SUMISA.- 3º Ideas para decoración de la esclava.

Puri, la joven esclava prostituida, es llevada al salón de decoración donde es ataviada como guarra-sumisa y ornamentada con tatuajes-pirsin para aumentar su rentabilidad como puta.

VISITA AL SALÓN

Diálogos informales y sugerencias.

  • Lleva dos meses como ramera y se han interesado por ella muchos clientes. Les llama la atención las fotos colgadas y alguno solicitan más aunque sean pagando. El negocio va mejor de los pre...

Una puta para mi amo y algo más (III)

El premio envenenado del bukkake habia llegado. La sumisa pasaba a la siguiente fase.

(Ver primera y segunda parte para entender mejor)

No sé el tiempo que pasó pero me había echado una siesta reparadora. Seguía desnuda en la cama de un hotel con mi recién estrenado amo al lado, viendo en la tele el típico concurso de sobremesa. El teléfono de la habitación sonó y él contestó:

-Sí. Sí, de acuerdo, vale, todo en orden, vamos.

-Querida perrita, ya tienen todo listo para tu bukkake. Vamos a ponerte los zapatos, la capa y la venda en los ojos. Preciosa, van a gozar de lo...

Valentina, la chacha desnuda (09)

Valentina vuelve a casa con el mandado de Tom y se prepara para recibir su tercer castigo por servirle el café demasiado caliente.

Habían pasado varias horas desde que Valentina había salido de casa para hacer el recado así que cuando llamó al telefonillo Tom le respondió muy seco.

  • Ya era hora, ¿se puede saber dónde has estado?

  • Perdón señor, me perdí.

  • No se puede ser más tonta, venga pasa.

Y la puerta se abrió.

Una vez en casa Valentina dejó en el suelo la bolsa con las cosas y maquinalmente se quitó la ropa delante de Tom y se puso en postura de sumisión.

El hombre la miró  y dio una vuelta al...

Celda de Castigo (I)

Cuento carcelario. Narrado en primera persona por una prisionera. Primera entrega.

Celda de Castigo (I)

Pitido ensordecedor, molesto… Suena el timbre… Es el despertador. Son las siete. No quiero despertar, no quiero levantarme… La cama es dura y estrecha pero al menos estoy caliente bajo las sábanas. Me retuerzo, posición fetal… el pitido sigue sonando.

De mala gana, dormida y bostezando pero me levanto… Sé que si no vendrán a hacerlo a la fuerza y será peor. El resto de chicas del barracón van haciendo lo mismo. Se forman dos colas de chicas en bragas, algunas llevan c...

Celda de Castigo (II)

Cuento carcelario. Narrado en primera persona por una prisionera. Segunda entrega.

Celda de Castigo (II)

La Nazi continúa llevándome, no sé adonde. Está un paso detrás de mí. Me agarra firmemente el codo derecho, me empuja con fuerza, como quien quiere rendir a un animal rebelde. Duele un poco y eso que no me resisto. Me cuesta seguir su ritmo, anda rápido.

Salimos al patio… es un cuadrado (una plaza) de cincuenta metros de lado. Ahora está desierto, por la tarde está lleno y todas las guardianas vigilan en la acera del borde. Tenemos prohibido pisarla sin permiso.

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