Ginebra y su nueva cida 2
Continuan las andanzas de nuestra protagonista
Desde que me recuperé de mis lesiones, adquirí la costumbre de realizar una hora de ejercicio matutino y otra vespertina, era como si mi cuerpo me lo exigiera. No es que antes no lo hiciese, pero mi enorme volumen impedía que el poco que podía hacer fuese eficiente. En principio me limitaba a realizarlo en los aparatos del gimnasio que tengo en mi chalet. Tener pasta a raudales hace que tu casa sea una casa de grandes dimensiones, en una urbanización de lujo. También he de deciros que mi casa comparada con...