Y no follo nadie.
Confesion de un pobre hombre.
A veces no es fácil recordar y, menos aún, revivir una experiencia traumática. Quizás fuera mi juventud, quizás mi inmadurez, o simplemente que no era mi momento
Cuando yo vivía en Madrid y fui joven, allá por los cincuenta del siglo pasado, no era fácil la vida en la capital. Un pipiolo de 16 años no tenía ni los medios ni las capacidades que un chico tiene ahora. En diciembre de 1958, en plena apertura a Estados Unidos, cayo una nevada en Madrid de más de medio metro. Se colapsó el centro y pocos fu...