Acosado
Cuando el ser Adonis te juega una buena o mala pasada.
Es cierto que por aquella época veía un maniquí y se le paraba la verga, ni qué decir si se trataba de un remedo de mujer con lencería de ocasión, tangas, vuelos, telas transparentes y --siempre imaginadas-- suaves al tacto.
No se trataba de alguna inclinación sexual en particular por los varones, sino que las líneas de los maniquíes no diferencian las armónicas curvas femeninas de las rectilíneas partituras masculinas.
Desde atrás, lo que en definitiva interesa, la visión es atraída por la tent...