Un orgasmo y un café
El deseo puede abordarte en cualquier lugar y disfrazado de muchas formas. Una cafetería es buen escenario para cierto tipo de prácitas, ¿por qué no?
"Un orgasmo y un café"
Salió tan apresurada y absorta del ascensor que la colisión frontal fue inevitable y el desconcierto mutuo. Levantó la mirada con la intención de pedir disculpas, pero tan solo logró articular un débil: "Lo siento".
Unos carnosos y sensuales labios esbozaron una leve sonrisa sin pronunciar palabra alguna, el encuentro de ambas miradas convocó una intensa oleada de calor que se concentró en su espina dorsal. Fueron tan sólo unas décimas de segundo, pero suficiente...