Ellis, Aisha(3)

En el baño Theo no para de mirarme, le froto y me exhibo sensual, provoco que el camisón se me moje, debajo mis pechos desnudos...

3

Hoy durante la cena no comentamos nada, aunque estoy segura de que Theo lo piensa, ¿qué va a pasar en el baño?

Le digo que voy a preparar su baño y él me contesta mecánicamente.

Cuando vuelvo me mira asombrado, llevo unas picardías muy monas, hace años que no me lo pongo, pero aún me vale. Me giro para que me vea —hoy vamos a por todas—, me repito a mí misma.

En el baño Theo no para de mirarme, le froto y me exhibo sensual, provoco que el camisón se me moje, debajo mis pechos des...

Rubén & Alba. Un amor especial

Rubén y Alba, él uña y ella carne. Dos hermanos inseparables.

- Rubén & Alba. Un amor especial -

Me despierta la alarma del móvil a las 7:30 con el tono «Oh fortuna» de Carmina Burana. Estamos a mitad de abril y anoche dejé la persiana subida, así que tengo todo el cuarto iluminado con la luz del amanecer.

Me levanto y abro la puerta del dormitorio para ir al baño a mear. Allí está mi hermana, en ropa interior, lavándose la cara.

  • Buenos días, Alba - le doy una cachetada cariñosa en el culo, gesto al que ella sonríe mientras se pasa la toalla...

Ellis, Aisha(2)

De nuevo en la bañera, le froto la espalda y repito el ritual de ayer lavándolo, Theo se relaja y me deja que lo acaricie...

Desde lo de anoche no hemos vuelto a hablar del asunto, hoy en la cena saco el tema y Theo me rehúye de nuevo la conversación.

— Vamos Theo, ¡no pasa nada hombre! Soy tu madre, puedes confiar en mí.

— Lo se mamá, pero aún me da vergüenza, no sé por qué se puso dura anoche y no he conseguido repetirlo.

— Bueno no importa Theo, ya volverá, quien sabe, ¿te preparo el baño?

— Está bien mamá.

De nuevo en la bañera, le froto la espalda y repito el ritual de ayer lavándolo, Theo se re...

Una terapia deliciosa III

Continua el proceso para acabar con su padre, por lo que primero tendrá que dominar a las mujeres de su familia empezando por sus hermanas, le toca ahora a la tercera

Es hora de hablar de mi familia, vamos a remontarnos a mi tatarabuelo, fue un hombre que de muy joven se fue a hacer las indias, llegó a Panamá con 18 años y con valentía buen hacer y olfato para los negocios, hizo una gran fortuna.Volvió a España 10 años después como un hombre acaudalado, nada le retenía allí y sentía cierta nostaljia de su tierra natal. Ya aquí y gracias a sus contactos panameños fundó una empresa que hizo que su fortuna creciese día a día. Se casó mayor, para esa época, ya rondaba los 35...

Ellis, Aisha(1)

Echamos el agua fuera y lo aclaro, ahora está desnudo completamente, cuando siento que necesito hacer pis al levantarme, no aguanto más...

Ellis, Aisha

Estoy en el hospital Saint Memorial, pregunto por mi hijo, me han llamado diciéndome que lo traían aquí, que había sufrido un accidente compitiendo con unos amigos en un circuito muy peligroso en la montaña.

Por fin lo veo, está intubado y hablo con el doctor, él me da la terrible noticia, no va a poder caminar.

Cuando vuelve en sí, lo abrazo, lo beso, ambos lloramos, ¡está vivo!

Su novia también viene a verle, es buena chica, llora cuando se saludan, ya fuera le com...

Bea, nina y su tío

Dos gemelas se la lían parda a su tío.

Este es un relato acerca de Eduardo, un hombre de cincuenta y cinco años, de un metro sesenta de estatura, delgado, sin tripa, moreno, de pelo cano, ni guapo ni feo, de los que les dicen del montón, que llevaba vida de monje putero.

Vivía en su pazo ubicado en la costa gallega a escasos cien metros de la playa.

Eduardo, desde que lo dejara su esposa por un camionero cuando él trabajaba de barrendero no quería saber nada de mujeres que no fueran de pago. Ni de mujeres, ni de su madre, ni de su pa...

Mis primas de la capital (26)

Después de la celebración mi tía me dio una sorpresa, tuvimos una visita agradable de mis padres, me demostró lo que me quería, le correspondí largamente.

Con las piernas flojeando y los ojos cegados por el sol de la mañana crucé a casa, no había nadie a esas horas y me metí en la habitación, me eche en la cama vestido, había desayunado en  casa de  Emi, cuando nos dejó tranquilos su sobrina Magda ya no pudimos dormir y Emi con muy buen criterio se levantó y trajo una bandeja con un delicioso desayuno a la cama, de no haber sido así habríamos acabado como empezamos la noche.

Estábamos bastante perjudicados y me sugirió muy amablemente que me fuera a mi...

Mi timidez y mis tías (46)

Nuestra estancia en el balneario había empezado bien y sin duda iba a seguir mejorando, Alba me encantaba y mi madre volvía loco al médico.

La noche había sido épica, Alba me había provocado a seguir follando al oír a mi madre en la otra habitación, cuando caímos rendidos nos dormimos, por la mañana ya me había repuesto y después de ducharme volví a su lado y le di un dulce despertar.

Ahora íbamos de la mano hacia el comedor, era la hora del desayuno, ya estaban casi todas las mesas ocupadas, busqué una para los cuatro al lado de un ventanal, mientras esperábamos a nuestros padres estuvimos observando la cola que esperaba con un plato en...

Cuadra de putas 11

El yerno de la tía Fina se aprovecha de ella...

Tres meses después, ya tenía a todas las zorras trabajando a pleno rendimiento en “La Parroquia”, como habíamos bautizado al Puti Club. Bueno, como lo había bautizado mi madre, la zorra mayor del reino, ja, ja.

El grupo de putillas se había ampliado, luego os contaré las nuevas incorporaciones, pero la que se estaba comportando como una campeona del puterío y que nos tenía a todos sorprendidos era la tía Fina. Era tan entusiasta que hasta se llevaba clientes a casa en sus ratos libres. Total, lo que o...

Cuadra de putas 12

Después del incidente de la tía Fina, las aguas vuelven a su cauce y el negocio de La Parroquia y su cuadra de putas coge velocidad de crucero.

Gran parte de los fichajes de guarras para la cuadra de putas de La Parroquia nos los traían los propios clientes. La gran mayoría de ellos, en realidad, el público para el que estaba orientado el local, eran jóvenes de menos de treinta años que andaban deseosos de follarse a jamonas maduras, auténticas Milfs  que les recordaban a alguna tía maciza, una vecina espléndida o, por qué no decirlo, a sus propias madres, en muchos de los casos. Algunos de los clientes, especialmente morbosos, ya habían iniciado s...