Las pajas de mi hijo 7

Noche en el club

A la mañana siguiente, comencé a despertarme al notar a mi hijo abrir mis piernas. Sonreí mientras me desperezaba y esperaba los dedos o la lengua de mi hijo en mi rajita. Abrí los ojos de sorpresa cuando mi hijo me tapó la boca con su mano y ,momentos después, ahogué un grito contra ella cuando la polla de mi hijo atravesó mi coño de un sólo empujón. Intentaba empujarlo con mis manos mientras él me embestía una vez detrás de otra hasta que, en cuestión de segundos, noté mi coñito empezar a llenarse de seme...

Seducido por mi madre

La imagen de sus hijos follando como animales en el sofá ha sorprendido a la madre, que sin embargo parece que prefiere unirse a la fiesta antes que castigarles.

Esta historia es la continuación de “Desvirgando a mi hermanastra” (Amor filial) y, aunque os aconsejo leerlos en orden, también se pueden leer de forma individual. Espero que os guste.

Al poco rato, me desperté desorientado y en la más completa oscuridad mientras notaba como alguien me metía mano dentro del pantalón de chándal que llevaba puesto. Pensé que era Sara, que se había quedado con ganas de más fiesta, por lo que en vez de asustarme le facilité el trabajo bajándome el pantalón, provocando...

Eusebio, su madre y sus perversiones

Estaba cómo loco. La siguió follando duro y cuanto más su madre chillaba, más fuerte se la clavaba.

Eusebio estaba en la casa de Fermina, sentado en una silla de la cocina. Fermina, su novia, que era una chica de dieciocho años, con cuerpo de modelo, sentada en otra silla, abrió una caja y de ella sacó unas zapatillas de felpa azules con el piso de goma negro y un cinturón de cuero. Fita, la hermana menor de Fermina, de pie, mirado para las zapatillas, le dijo:

-Vaya regalo de cumpleaños, unas zapatillas y un cinturón. ¡El romanticismo ha muerto!

Fermina, reprendió a su hermana:

-No seas...

Inesperada relación con mi hermano

No sabía que podría ser capaz de ignorarlo que él era mi hermano. Pero la situación me llevo a probarlo.

Os quiero contar una historia que me sucedió con mi hermano. Mi nombre es Janeth y el de mi hermano es Henry. Nosotros vivimos en la ciudad de Huancayo-Perú. A media cuadra del parque los héroes del distrito de Chilca. Él tiene 23 años y estudia Medicina en la UPLA y yo tengo 19 añitos y estudio Odontología en la misma universidad.

Era uno de esos tantos días en el cual mi hermano se enfermaba de los pulmones ya que el pobre tiene principio de cáncer al pulmón. Estaba echado sobre la cama débil y tris...

Femdonia. la casa rural.2

Una joven abusa de su hermano obligandole a hacerle oral, además de castigarlo con una severa azotaina con la zapatilla.

FEMDONIA. LA CASA RURAL. 2

La cena transcurrió sin más novedades , las chicas- madre e hija- estaban exultantes, muy animadas bebiendo vino de forma generosa algo no habitual en ninguna de las dos, hablando sin parar y planificando el día siguiente.

Me gustaba ver a mi Señora así, cuando estaba satisfecha sexualmente su humor era maravilloso, y no sólo estaba recién satisfecha , sino que en breve tendría otra sesión que la colmaría, ella lo sabía, y yo lo sabía y ambos estábamos contentos. Por o...

De vacaciones con mi prima

Mis padres me obligaron a ir de vacaciones con la familia, pero mi prima hizo que mereciese la pena

Este relato, que está basado en una situación real, lo escribí hace unos años y lo publiqué en otra web y con otro Nick, ahora, pasado este tiempo, he decidido ampliarlo y publicarlo completo en Todorelatos.

Lo que voy a contar ocurrió hace ya unos cuantos años cuando yo tenía 18.

Aquel año fui de de vacaciones a la playa con mis padres, a mi no me apetecía mucho y hubiese preferido ir de camping con mis amigos, pero era imposible evitar esas vacaciones familiares. Todos los años íbamos a la pla...

La disciplina de mamá 18

Mamá sigue jugando con la frustración de la zorrita virgen. Además, aprovechará para presionar sus límites un poco más.

-Buenos días zorrita. –La voz de mamá, sensual y juguetona, me sacó del sueño. Acabó de despertarme con besos y caricias hasta que, aprovechando mi desnudez, cogió mi enjaulado pene para zarandearlo. Mi sexo, que llevaba siete días sin orgasmos, empezó a crecer, pero el dispositivo de castidad lo impidió. Sentí una punzada de dolor, ya familiar, cuando mi piel y carne empezaron a clavarse en los barrotes de metal.

-Buenos días mamá. – Repetí abriendo los ojos. Allí estaba ella, vestida tan solo con un...

El club de los padres que se follan a sus hijas 3

Continuan los relatos en este club.

EL CLUB DE LOS PADRES QUE SE FOLLAN A SUS HIJAS 3

Hicimos un nuevo receso. El anfitrión se movía nervioso de aquí para allá hablando por teléfono. No sabía que le estarían diciendo, pero parecía preocupado.

Al cabo de unos minutos terminó. Estamos acabándonos el nuevo refrigerio cuando se dirigió a nosotros.

-Al parecer este local ya no es seguro. Tengo información de que están detrás de nosotros y podrían saber que estamos aquí. Afortunadamente no saben quienes somos, solo tienen sospecha...

Mini orgía en el monte

Mercedes, parecía interesada. -¿Y eso cómo sería? -Yo te beso, dos te comen las tetas, mi hermano te mete la polla en la boca y otra te come el coño hasta que te corras.

Verano de 1970.

Mercedes giró el casco vacío de cerveza mientras sus ovejas apastaban por el monte. La botella dio vueltas sobre la hierba, donde estaban haciendo un círculo, ella, mi hermana Cristina, mi prima la Morocha, Andreita y Antoñita. Se detuvo con la boca señalando a mi hermana Cristina, Mercedes, la esposa del herrero, (un bicharraco de hombre) que era una veinteañera, guapa, de cabello largo, morena, con tetazas, culazo, más caliente que las brasas y más puta que las gallinas, le preguntó:...

Me hicieron creer que era afeminado. (11)

Mi vida había llegado a un punto donde debía decidir mi futuro y yo tenía ambiciones, me costó pero me lancé al vacio.

Dentro de mi cabeza rondaban un montón de ideas, el yin y el yan luchaban por qué dirección tomar y me tuve que sentar en un banco que había en la plazoleta de la iglesia, había un sólo árbol y debajo de su sombra intenté serenarme antes de ir a casa, no había nadie por las calles y eso me vino bien.  En la balanza estaba poniendo las ventajas que se me ofrecían, eran magnificas y además estaban al alcance de mi mano, quizás si las dejaba pasar ya no volverían a presentarse, por otra parte estaba mi familia...