Me encanta comer el culo de mi hija

No soy lesbiana pero me es imposible lo rico que está el lindo trasero de mi hija Caro. No soy una mala madre, al contrario creo que soy la mejor que alguien puede tener.

ADVERTENCIA: el siguiente relato contiene tomas sobre scat (excremento), pedos y lamida de trasero. Si no es de tu interés, te pido te retires y encuentres lo que estás buscando. Gracias.

Hola a todos. Antes que nada me disculpo con ustedes por ausentarme tanto tiempo. La verdad que eh estado atendiendo asuntos muy personales en mi vida, que aunque no puedo dar muchos detalle cambiaron mi vida por completo. En fin, el siguiente relato no es mas que un pequeño momento intimo y muy pervertido que tuve c...

El vagabundo (22)

Todas las despedidas son tristes y la mía no fue menos, las dos mujeres y sobre todo Mariano me emocionaron con su afecto. El viaje hasta Galicia fue horrible, no iba preparado para la aventura y lo sufrí, aunque luego sus buenas personas ayudaron a reponerme.

La despedida que más me emocionó fue la de Mariano y era la que menos me esperaba, pensé que despedirme de las dos mujeres que follaba habitualmente, y más siendo madre e hija, iba a ser un drama pero no, fueron muy comprensivas, cuando me decidí a decírselo al marido de Ana y padre de Gero preferí hacerlo a solas y le invité a dar un paseo en mi coche “nuevo”, le había comprado una caja de puros de los mejores que encontré y le ofrecí fuego dentro del Mini, quise darle gusto a su paladar para suavizar...

Una historia de amor hambre y guerra

Es mi primer relato espero sus criticas y pido disculpas por las posibles faltas de ortografía.

Una historia de amor hambre y guerra

1936, Pasábamos por tiempos muy tortuosos, mi padre tenía la responsabilidad de cuidar un cortijo en la provincia de Badajoz, la situación de la guerra civil nos quedaba lejos pero la incertidumbre nos acechaba, nos mantenía en guardia constante, por suerte estábamos separados de los caminos más frecuentes y pueblos, el cortijo era propiedad de unos señoritos de Madrid muy acaudalados y de mucho poder político, eso nos ayudo bastante en el momento de la entrad...

Mi madre me pide que le chupe las tetas y yo...

Allí solos, en aquella granja alejada, tal vez estas sensaciones se amplificaban, por la cercanía y el aislamiento, no podía saberlo con certeza, pero tal vez este ingrediente contribuía a que todo se desdibujara y las barreras “naturales” se levantasen...

De mañana, muy temprano aún, Tom se despertó en su cuarto. En su mente, un único pensamiento lo atormentaba: «¿Hasta dónde llegaría todo esto? ¿Hasta dónde sería capaz de llegar con su hermana y con su madre?».

Se sentía al borde del precipicio, pues pensaba que estaba violando en cierta medida las leyes naturales no escritas: No te acostarás con tu madre y tampoco con tu hermana. Rezaba esa ley en su conciencia.

Pero todo era tan excitante, tan morboso y tan placentero, que la ley anterior se d...

Hno. bastardo salva la estirpe de su familia IV

Daniela, la madre de Berto, ante los problemas de su hijo mayor, no tiene reparo en actuar de celestina para conseguir que Caty, su tercera nuera accediera a yacer con su hijo benjamín, a fin de que este la embarazara.

Tras comprobar con alegría que, dos de sus nueras por fin estaban embarazadas, la madre de Berto comenzó a preocuparse por la nuera mayor, Caty casada con su hijo de mayor edad. Aquella mostrada signos evidentes de alteración, especialmente al comprobar que sus otras cuñadas habían quedado embarazadas y ella no lo había conseguido.

La madre de Berto, se quedó preocupada tras una conversación con la misma, viendo que dicha nuera estaba muy decepcionada e incluso se estaba planteando el divorcio. Es más...

Aislado Entre Mujeres [29].

Lengua Viperina.

Capítulo 29.

Lengua Viperina.

Abrí el cuarto de Ayelén… digo, mi propio cuarto. Porque sigue siendo mi cuarto, carajo. Encontramos a mi prima tal cual la había dejado minutos antes.

―Ahí la tenés ―le dije a Tefi―. Sin ropa y con el mismo carácter de mierda de siempre.

―Quizás está desnuda porque está cambiando la piel ―dijo Tefi, sin molestarse en bajar la voz.

―¿Estás insinuando que soy una víbora? ―Le reprochó Ayelén.

―Y… tenés que reconocer que sos bastan...

La madam y su abuelo

Soy la dueña de una casa de putas, y amante del sexo y esta es mi historia.

Hoy es mi cumpleaños 50 y que mejor manera de celebrarlo que contar mi historia, la historia de la madam mas famosa de la ciudad, y amante del sexo.

Me quede huérfana a los cinco años, y a pesar de que madre había dispuesto en su testamento que si algo pasaba con ella yo debería de quedarme con mi vecina, mis abuelos maternos hicieron hasta lo imposible para que mi custodia quedara en sus manos. A pesar de tener solo cinco años recuerdo muy bien el cambio en mi vida, llegué a una casa donde prácticame...

Mi prima Miriam

Disfrutando en familia

Mi prima Miriam, es unos años menor que yo. Siempre fue una chica muy cariñosa y buena, sus padres han sido muy protectores con ella y eso contribuyó a su carácter ingenuo e inocente. Miriam es bajita, de piel blanca, pelo castaño y ojos marron claro. Sus labios gorditos y muy rojos destacan en su rostro claro, lo cual la hace muy atractiva. Pero además, mi prima ha tenido desde muy niña algo que a ella nunca le gustó pero que a la mayoría de los hombres nos vuelve loco: un culazo impresionante.

De ve...

Mi vida desordenada (2/2)

Creía que yo era un tipo de lo más normal, pero la vida siempre se puede desordenar...

Mi estado no mejoró mucho. Al menos ahora ella sabía porque había reaccionado así, pero la manera en que se lo había dicho y ella se había ido tan rápido, sin hablar casi nada, no me dejó tranquilo.

Pensé en que igual ahora si podía intentar hablar con ella vía Nacho, pero se me empezó a ocurrir que igual ella se lo había contado a todo el mundo, o peor, a mi madre, y me volví a quedar bloqueado. Me pasé días esperando que el teléfono sonara y mi madre me gritara un montón de cosas feas, o algún amigo...

Mi odiosa madrastra, capítulo 6

Un encuentro muy caliente entre León y su madrastra.

La intimidad que había surgido con mi madrastra el día anterior, me había dejado perturbado. Había llegado a la conclusión de que era una mujer anormal, que posiblemente tenía ciertos problemas psicológicos. Pero quizás la cosa era más simple de lo que yo imaginaba. Tal vez debería tomar como válido ese discurso que ya me había repetido varias veces: que ella confiaba en mí, que sabía que jamás le haría daño, ni me propasaría.

Yo había demostrado eso de sobra. Desde el primer día en el que empezó nues...