Lola
Sin pretenderlo, descubrí que Lola era una perversa y verdadera ninfómana. No le importaba ponerle a su novio unos buenos cuernos mientras estaba de viaje.
Lola era una chica muy bonita con los ojos verdes, la cara muy fina y un cuerpazo de infarto. Siempre se había mostrado atraída hacia mí, aunque yo nunca le hice hecho demasiado caso. Durante un tiempo, salíamos con frecuencia juntos, nos besábamos con pasión, no tocábamos más allá de las meras caricias de una pareja y nos poníamos a mil, aunque a la hora de la verdad, sin saber porqué me echaba atrás y era incapaz de llegar a más y hacerle el amor como merecía.
Sin embargo, pronto cambiaría mi indife...