Mi cliente
No hay amor prohibido, siempre podemos llegar a él.
¿Quién no ha tenido un amor prohibido, un amor de esos de los que sabes que no va a salir nada bueno de esa relación, pero que, aun así, quieres seguir intentándolo hasta que lo tengas entre tus piernas? Esto me ocurrió hace unos años, en el bufete de abogados en el que trabajaba (tranquilos, me fui de él con la cabeza alta y sin que nadie se enterase de nada). Como de costumbre, iba cogiendo casos que se me iba asignando, y estaba siendo una jornada desastrosa por todo el papeleo que tenía y parecía que nu...