Literatura erótica
Recordando cómo fomenté el gusto de mi ex por la lectura.
Cuando llega el verano sólo pienso en el momento de ir a la playa. No hay mejor sensación que escuchar el murmullo de las olas mezclado con la brisa, el olor a salado y ese airecillo caliente sonrojando mis mejillas.
Miro hacía el horizonte sentada junto a la sombrilla. El reflejo del sol me deslumbra justo en la línea donde su unen el cielo y el mar. Allá a lo lejos se va mi mente, revolotea algo de cordura mientras doy otro trago a mi refresco, pero un escalofrío recorre mi cuerpo desde el cuel...