La partida
Virginia no me atraía, Bea me atraía demasiado.
No era una chica fea, pero por alguna razón que ni yo mismo conseguía entender no me apetecía nada follar con ella a pesar de su insistencia. Quizá porque cuando la conocí llevaba un look a lo Amelie que no me atraía nada, quizá porque –aunque me caía muy bien- a veces echaba en falta que tuviese un botón de apagar, no lo sé exactamente, la cosa es que entre Virginia y yo se había creado una dinámica en la que ella me perseguía y yo la rechazaba. Y no es que fuese precisamente una chica sutil, de las que fu...