Adrianne (4)
Una nueva prueba volvió a perturbarme: estaba yo produciendo leche materna.
"Es usted una niña muy guapa. Se recuperará pronto. Tiene suerte de tener un papá tan comprensivo y amoroso".
La voz femenina me llegó como eco lejano.
Abrí los ojos lentamente, topándome con el techo color crema del cuarto de Adrianne, y traté de tomar conciencia. Luego, quise incorporarme; no pude. Con cierto esfuerzo, giré los ojos hasta alcanzar un panorama general de la habitación: todo parecía más o menos igual. Excepto que el buró y el tocador estaban repletos de medicamentos y objet...