Max, mi perro.
Mi amor por mi perro causo que terminara entregándole mi potito y siendo su perrita, para ayudarlo.
Max era mi perro, era mi perro porque yo fui el que lo salvo. Estaba una tarde jugando a la pelota con amigos en una cancha de tierra, en la cual teníamos unas piedras simulando los palos del arco. Estábamos en eso cuando nuestro arquero grito - ¡Un perro bebe! - y todos fuimos a mirar que era lo que había. Dentro de una caja, cerca del arco, había un pequeño perro recién nacido, era blanco y con manchas negras en el pelo. Era pequeño, porque aun ni siquiera lograba abrir los ojos. De inmediato lo tomaron e...