Un buen par de tetas, mi redención (y 4)
Continua la despedida mas increible con unas invitadas inesperadas.
Las vi irse abrazadas, tocándose el culo la una a la otra, y me quede descansando en la cama hasta que la curiosidad pudo conmigo. Me levante y me fui a la cocina a ver que hacían. Bego estaba con un mandil puesto friendo unos huevos mientras Amparo aun completamente desnuda hacia tostadas apoyada en la encimera. Me puse detrás de ella, la bese el cuello y me senté en una silla detrás sin poder apartar la vista de aquel cuerpo que tanto placer me había dado. Al verme sentado allí, separo sus piernas d...