El castigo de Carla

Yo temblaba, Carla también pero no estaba al límite. Él sabía que a partir de ahí no controlaba mis piernas y se levantó para agarrarme de la cintura. Iba a caer.

-Hace días que leí lo que le enviaste a mi Amo, Él me lo dió a leer. Y escribiste que ibas a decidir tú cuando podría correrme, -dije sentada en el sillón en el que solía sentarse Él.

Mi Amo me había prometido que yo sería top con ella pero ninguno de los dos sabía dónde la habían metido. Carla estaba desnuda y retorcía las bridas intentando soltarse.

-¡Vaya! Ahora no vas de lista ¿eh? Quédate quieta o te abofetearé. No quiero que te hagas daño en las muñecas.

Aunque mi Amo estaba allí par...

El interrogatorio

Recuerdo un cuarto oscuro, una luz encenderse por el hueco de debajo de la puerta. Unos pasos… la puerta se abre, se enciende la luz de mi celda. Ni una palabra, ya sé lo que toca. Como cada día desde la última semana o tal vez fueron dos, luego miraré las líneas de la pared, solo recuerdo que me encerraron un 15 de febrero.

Recuerdo un cuarto oscuro, una luz encenderse por el hueco de debajo de la puerta. Unos pasos… la puerta se abre, se enciende la luz de mi celda. Ni una palabra, ya sé lo que toca. Como cada día desde la última semana o tal vez fueron dos, luego miraré las líneas de la pared, solo recuerdo que me encerraron un 15 de febrero. El soldado me tira de la cama y me lleva cogida de los pelos y arrastras por un largo pasillo. Me limito a agarrar el pelo, no voy a darle el gusto de gritar, sé que solamente con eso y...

Te quiero...II

...te quiero desnuda ahora.

Me vienes a buscar en coche y me haces subir y me dices:

  • Levántate la falda.

Yo me levanto despacio y subo mi falda hasta la cadera. Sé que algo he hecho mal. Me dices:

  • ¿Qué te he dicho?

Y yo agacho la cabeza y susurro:

  • Que no puedo llevar bragas.

  • No te he oído nena y quiero que me mires.

Te miro y repito que no puedo llevar bragas. Me pasas el pelo detrás de la oreja y dices con ternura:

  • Nena conmigo no las necesitas, quitatelas y dejalas extendidas...

Te quiero... I

...te quiero de rodillas.

Llegamos a tu casa y mientras me quitas el abrigo me dices:

  • Nena te quiero...

Te miro y dudo.

  • …te quiero de rodillas ahora mismo.

Me pongo de rodillas sin mirarte. Y me preguntas:

  • ¿Qué has hecho mal?

Y yo no lo sé, y lo sigo pensando.

  • ¿Y bien? -me dices.

Y yo digo despacio y bajo:

  • No lo se.

Me tiras del pelo para que te mire y me das una bofetada

  • ¿Como que no lo sabes?

Y yo pienso más y respondo:

  • Creo que ya se lo qu...