Un pollón bajo el slip

No aportaba datos de edad, tamaño o peso, tan solo sabía que estaba a tres kilómetros de mi ubicación y que la única foto que acompañaba a su perfil hacía que todo lo demás dejara de tener importancia para mí: se trataba de un primer plano de su paquete, cubierto por un pequeño slip blanco...

Aquella tarde estaba en casa aburrido tumbado en el sofá ojeando las huellas que me habían dejado en Bender, una de esas aplicaciones para móviles de tíos que buscan a otros tíos. A pesar de mi sugerente nick "Tragon26" casi siempre recibo visitas de tíos que parecen clonados, todos guapos, con buenos cuerpos y demás pero lo que a mí me pone realmente son los tíos ya mayorcitos, con pinta de hombres rudos y con las ideas muy claras ya que solo ellos saben sacar mis instintos mas lascivos. Pero volviendo a l...

Rico dominicano

Sexo interracial

El día que por fin me atreví a invitarle a subir a casa casi me temblaban las piernas. Es uno más de los dominicanos que viven en mi barrio a las afueras de Madrid pero a la vez muy diferente. Debe tener unos ventipocos años, tiene un cuerpo divino que yo ya había podido contemplar porque le gustaba salir a correr por el parque en verano y sin camiseta y además es guapísimo de cara, con esos ojos oscuros y una cara perfecta, hasta le queda bien su incipiente barba, y eso que a mí no me gustan con barba, y s...

El botones

Sexo en el trabajo

Cuando acabé a duras penas la enseñanza obligatoria, mi padre decidió que ya era hora de que me pusiera a trabajar y, gracias a un amigo suyo, me hicieron un hueco en un hotel de las afueras de mi pueblo donde hacía de camarero, botones y lo que hiciera falta, incluso los fines de semana, cuando la clientela aumentaba, me quedaba a dormir viernes y sábado en el hotel y así no tenían que venir a buscarme. Me alojaron en la habitación de otro camarero, de origen portugués, de unos treinta y tantos años al que...

Pidiendo guerra

No sé cuantas pollas habría ya mamado...

Tengo 27 años y trabajo desde hace dos en un centro de jardinería de una localidad de las afueras de Madrid. Ni se me había ocurrido ligar en el puesto de trabajo hasta que una mañana, reponiendo material junto a la entrada del centro, le vi. Tendría unos 17 ó 18 años e iba acompañado de sus padres. No era amanerado pero había algo en su ropa y en su forma de moverse que le delataba. Al pasar junto a mí nos miramos fijamente durante un largo rato, lo que le hizo quedarse atrás y que su padre le metiera pris...

Protegido, enculado e inseminado

Relato corto de sexo interracial e intergeneracional

Como todas las mañanas, había salido a correr por el parque que hay enfrente de mi casa, muy cerca de una zona de ligoteo frecuentada sobre todo por tíos mayores, aunque alguna vez se veía a algún jovencito como el que ese día me abordó pidiéndome ayuda porque le perseguía un grupo de chicos de su edad que le querían robar la mochila, aunque no se veía a nadie por allí. Se trataba de un adolescente de origen sudamericano, bastante mono, al que seguramente le habían pillado intentado ligar por allí, motivo p...

Aprendiendo a disfrutar

Necesitaba saborear aquel semen que hasta entonces había acabado dentro de mi culo y no paré hasta vaciarle las pelotas sintiendo el líquido caliente y espeso bien dentro en mi garganta, de la que no salió hasta que me corrí yo también sobre las sábanas.

A los veinte años me follaron por primera vez y aquello cambió para siempre mis gustos y aficiones sexuales, por lo que quiero dedicar esta historia a aquel que sin saberlo, ya que nunca se lo quise decir, abusó de mi culo hasta convertirlo en una extraordinaria fuente de placer. Ocurrió un fin de semana y, aunque una vez que decidí irme con él sabía que aquello iba a pasar, no fui consciente de cómo iba a cambiar mi idea del sexo a partir de entonces.

Era un tío de cincuenta y pico años, muy bien con...

Un camarero muy servicial

Sexo express de un joven camarero a uno de sus clientes. Atención: relato corto

Sucedió durante una comida un sábado en el que tres amigos y yo nos acercamos en coche desde Madrid a la localidad segoviana de La Granja para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Nos habíamos sentado en una terraza al aire libre que un restaurante de la carretera que une el puerto de Navacerrada con Segovia había montado a un lado de la carretera. Disfrutamos de una suculenta comida en la que no faltaron las alusiones sexuales que en aquella ocasión se concentraron en el chaval que se ocupaba de servir...

Un superdotado y un voyeur

No sé si se debía a sentirnos observados, pero creo que ambos disfrutamos mucho más de esta segunda mamada a la que me entregué con verdadero gusto hasta que me levantó y poniéndome boca arriba sobre la cama pero de lado para que el voyeur pudiera disfrutar del primer plano, se colocó encima de mí y apoyándose con ambas manos en el borde de la cama, me volvió a meter su polla en la boca comenzando un intenso mete y saca que no paró hasta que con grandes estertores, la sacó de mi boca y empezó a correrse sobre mi cara para que su amigo pudiera ver cómo se vaciaba

Aquella fría tarde de domingo del mes de enero, mientras esperaba a un amigo en un bar  de la zona de Chueca, el barrio gay de Madrid, me lo volví a encontrar. Lo había conocido hacía un par de años en una zona de cruising y, si bien no me había llamado la atención cuando pasó junto a mí, un chico de unos treinta y pocos años, más bien bajito y muy normalito para alguien como yo, que con apenas veinte años sólo buscaba sexo con jovencitos de mi edad, la cosa cambió cuando me lo volví a cruzar montado ya en...

En el parking y a dos bandas

Relato extracorto de sexo intergeneracional. Abstenerse amantes de historias interminables.

Se estaba haciendo de noche cuando llegué al parking de una conocida Facultad de la Ciudad Universitaria de mi ciudad en la que en verano era frecuente el ligoteo durante el día, aprovechando que la carretera terminaba allí para convertirse en una extensa zona de matorrales en las que poder perderse. Cuando aparqué ya no quedaba ningún coche por lo que pensé que no había nada que hacer, hasta que aparecieron dos tíos en un descapotable y aparcaron junto a mi 4x4. Yo no me había apeado del coche y tenía baja...

El legionario

Comenzó a lamer la raja de mi aún dilatado ano, a lo que yo respondí introduciéndome su polla flácida pero con todo bastante gorda, disfrutando de que al menos ahora me cabía entera en la boca

Mi afición por los uniformes viene de cuando con 18 años, ligué en el autobús con un legionario malagueño. Era el mes de julio y estaba alojado con mis padres en un hotel de playa situado en Rincón de la Victoria, a escasos kilómetros de Málaga. Como estaba harto de playa y de la compañía continua de mi familia, aquella calurosa tarde cogí el autobús de línea que en apenas media hora conectaba la zona de costa con la ciudad. Cuando subí al bus en la parada que había justo enfrente del hotel, éste venía ya c...