Mi primeros conejitos afeitados.

Aquí está Fernanda

Lo siento pero este personaje me está enganchando a mi también, así que usaré este seudónimo para él, Xavier, lo seguiré narrando en primera persona como si fuera especie de biografía pero tampoco me gustaría convertirlo en una serie larga, por otra parte como intentaré hacer capítulos independientes y la verdad muchos de ellos irían a la sección de dominación, que no es precisamente en la que estoy publicando, pues no sé... he decidido dejar de numerarlos y colocar cada uno en la sección que crea sea más i...

Tía Laura 3

Situaciones que no entendía.

Como ya os adelanté Ana fue mi primera clienta.

Tras aquella primera sesión y hallándome sin trabajo por la dura crisis que asolaba el país (finales de los setenta), se me ocurrió la idea de sacar algo de dinerillo de las necesidades de Ana, lo hablé con Laura y la idea le pareció cuando menos extravagante, aunque me sugirió tener antes un par de sesiones más para engancharla y hacerle ver lo placentero que sería siempre y no solo esa primera vez.

A mi tía al saber que pretendía cobrarle por mis...

Tía Laura 2, Un deseo cumplido

Laura accede a satifacerme.

Laura, mi tía, me enseñó muchas cosas y juntos aprendimos muchas más.

Leíamos relatos de dominación y sado, veíamos videos y absorbíamos toda la información que encontrábamos del tema.

Me gustaba probarlo todo, experimentar, y ambos disfrutábamos con ello.

Cuando llegaba a su casa me gustaba encontrarla tan solo vestida con una de mis camisas cerrada con solo tres botones, los de abajo, y unas braguitas.

De esta manera se veía preciosa, me permitía apreciar sus pechos ceñidos y muy a...

Tía Laura

La hermana de mama se queda sola y me toca consolarla

Al principio cuando mi madre me pidió que fuera a verla de vez en cuando, me pareció una carga difícil de llevar. Laura era su hermana mayor y cuando su marido decidió romper el matrimonio ella se vino abajo y quedó sumida en una profunda depresión.

A mi, entonces con diecinueve años, me pareció un marrón de aúpa, pero sin darme cuenta tras solo unas cuantas semanas, cada vez la visitaba con más frecuencia y se podría decir que deseaba esos encuentros.

Mi tía rondaría ya los cincuenta, no me atr...